Todas las formaciones así como sindicatos, organizaciones empresariales y asociaciones de víctimas expresaron también su rechazo a la banda terrorista y le exigieron que abandone la violencia.
Todos los grupos del Ayuntamiento de Durango, por su parte, salvo ANV que no acudió a la reunión, aprobaron una declaración en la que expresan su repulsa “enérgica” a una acción terrorista que ha “arrasado” la sede socialista y dañado las casas de “numerosos vecinos”.
La bomba, compuesta por tres kilos de cloratita, explosionó sobre las doce de la noche, cuando la Ertzaintza ya había desalojado los inmuebles adyacentes gracias al aviso de un vecino que presenció cómo una persona encapuchada, al parecer un varón, colocaba un paquete junto a la Casa del Pueblo.
La deflagración, además de importantes daños en la sede socialista y en los inmuebles de los alrededores, causó también una peligrosa fuga de gas, que tuvo que ser atajada por técnicos especializados, lo que demoró el retorno de los vecinos a sus viviendas durante varias horas.
Tras este atentado, el lehendakari, Patxi López, advirtió a ETA de que “a cada bomba que pongan, menor será el tiempo que quede para su final” y quiso dejar “muy claro” que el Gobierno Vasco va a aplicar “toda la fuerza del Estado de Derecho y todos los recursos de la ley para acabar con ellos”.