Los vecinos del entorno del 'botellódromo' de Granada, cerrado desde el pasado jueves 1 de septiembre, preparan un acto de "agradecimiento" a políticos, medios de comunicación y vecinos que han colaborado en su "lucha" para poner fin al único recinto habilitado para el consumo de alcohol en la vía pública en la ciudad durante los últimos nueve años.
En declaraciones a Europa Press, un portavoz de la plataforma 'No al botellódromo', Manuel Romero, ha explicado que el objetivo de esta iniciativa es reunir al máximo número de personas en este espacio para la lectura de un manifiesto de forma "sencilla, humilde y corta".
Romero se ha mostrado confiado en que haya presencia de todos los grupos municipales para dejar constancia de la unanimidad con la que han abordado el cierre del 'botellódromo' y de la que ya dejaron constancia en la visita organizada el día en que fue clausurado de forma oficial y vallado parcialmente.
En el acto de "agradecimiento", los vecinos "reivindicaremos lo que queremos que se haga" en el recinto "a la mayor brevedad posible", ha indicado este vecino en referencia al intercambiador de autobuses interurbanos por el que apuestan en este entorno que ya se ha convertido en un punto de encuentro habitual de usuarios de plataformas para compartir viajes en coches privados.
Esta fórmula ya ha sido planteada al Ayuntamiento de Granada que, según indicó el alcalde, Francisco Cuenca, en la visita del jueves 1 de septiembre, trabajará desde el "consenso" para decidir las funciones de un recinto que permanece "en una parte abierto por si un grupo de jóvenes quiere venir a echar un rato de deporte, a patinar o a sentarse un rato por la tarde".
Según ha explicado Moreno, los vecinos están satisfechos con el dispositivo policial desplegado para evitar el consumo de alcohol en las primeras horas tras el cierre del 'botellódromo', si bien son partidarios de "no lanzar las campanas al vuelo".
"Nos sentimos contenidos en la alegría" tras "casi diez años de lucha", ha aseverado en referencia a las acciones reivindicativas lanzadas para que se acabaran en este recinto las noches en las que las fiestas multitudinarias, sobre todo para la celebración de la entrada de la primavera, terminaban con numerosos casos de alcoholemia, molestias por olores y ruidos, e incluso problemas de seguridad pública.