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Tim Robbins dice que ?una obra de teatro es una advertencia?

El actor estadounidense Tim Tobbins está muy preocupado por la ?alegría? con la que los ciudadanos se someten a la ?humillación? pública de airear su intimidad en programas como Gran Hermano, por eso cree que 1984 de George Orwell, que estrenará esta semana en Madrid, tiene mayor vigencia que nunca.

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El actor estadounidense Tim Tobbins está muy preocupado por la “alegría” con la que los ciudadanos se someten a la “humillación” pública de airear su intimidad en programas como Gran Hermano, por eso cree que 1984 de George Orwell, que estrenará esta semana en Madrid, tiene mayor vigencia que nunca. “Una obra de teatro –afirma– es una advertencia”.

Robbins, casado con la también actriz y activista política Susan Sarandon, hizo ayer honor a su fama de iconoclasta y por decisión propia “controvertido opinador” y no eludió ninguna pregunta sobre la actualidad durante la presentación en el Teatro María Guerrero de 1984.

¿Saldrá adelante la reforma sanitaria que quiere Obama?: “Los mismos medios que antes apoyaban la guerra son los que ahora dicen que los norteamericanos no quieren esa reforma, así que qué podemos esperar...”.

¿Qué le pediría a la Cumbre del G-20 en Pittsburgh?: “Un poquito de ternura”. ¿Han cambiado las cosas desde la llegada de Barak Obama?: “Hay menos criminales en la Casa Blanca. Solamente”, se despachó.

Está “muy feliz” de representar 1984 en España con su compañía, la American Gang’s –fundada por él en 1981–, aunque admite que es “particularmente difícil” actuar en un país con un idioma distinto al suyo.

El actor, que ha enfundado sus 1,94 metros en un vaquero gris, camisa blanca y chaqueta negra, aseguró que han elegido 1984 –la “antiutopía” escrita por Orwell en 1949 para alertar sobre la videovigilancia y los sistemas de control ciudadanos– porque su argumento es “muy relevante” en la actualidad: “Es más importante contar ahora esta historia que en ningún otro tiempo anterior”.

“Orwell fue un visionario. Estamos en una sociedad controlada, donde se utiliza la intimidación y el miedo para gobernar”.

Dice que, para montar la obra, con la que llevan cuatro años de gira por “casi” todo el mundo, se “inspiraron” en los “secuestros legales del campo de concentración de Abu Ghraib, donde se tortura y nadie tiene representante legal”, es decir, lo mismo que le ocurre al protagonista de la obra.

También trabajaron en la idea de que “la vida privada no es tan importante como antes: parece que el público no puede vivir sin que un programa de televisión presente de la forma más humillante su intimidad”.

Por eso cree que habría que estar contando esta historia “siempre” y recalcar lo importante que es “el poder del amor, que es el que vence todas las dificultades y el único que no es controlable”.

Tras preguntar a los periodistas en el María Guerrero –donde se representará entre el 24 y el 27 de este mes para viajar luego a Barcelona, Bilbao y Vitoria– quién había leído la obra y constatar que eran muchos, les pidió que vuelvan a leer el capítulo La guerra es la paz.

“Es la exacta descripción de la función de la guerra en la actualidad. Cuando lo leí me di cuenta de que ése es el núcleo de todo el libro, porque es el momento en el que el protagonista ve la verdad y siente la liberación”.

“Cuando se vive en un mundo de mentiras la verdad se convierte en un acto revolucionario. El que posee la verdad se convierte en una persona muy peligrosa y en la representación lo que intentamos es convertir a cada uno de los espectadores en una persona peligrosa”, ríe.

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