Con el título Tutto Fellini!, París comienza así a glosar hasta el próximo enero al cineasta, como uno de los más importantes de Italia y de la historia del cine mundial, en especial por su exploración de “la dimensión barroca y onírica de la vida misma”.
La exposición de las Galerías del Jeu de Paume, abierta hasta el próximo 17 de enero, aspira a ofrecer una relectura de la obra del director y a explorar su universo, en busca de sus fuentes de inspiración.
En ese intento de retorno al origen creativo del cine felliniano, la muestra se quiere multidisciplinar, para observar de cerca cómo la historia, la anécdota, el elemento biográfico o de ficción podían convertirse en materiales de trabajo, confrontación, diálogo o resonancia.
El comisario de esta exposición, Sam Stourdzé, resalta en su catálogo cómo el cine de Fellini superó el neorrealismo de donde procedía, y sus “estrictas características”, para inventar un arte único y personal, a veces autobiográfico e introspectivo.
Un arte donde el circo y sus payasos dan vida a figuras del mundo real más o menos deformadas, esenciales en este cineasta para quien rodar un filme era como “vivir en un circo”, recordó.
La originalidad del director Federico Fellini fue tal que incluso su apellido ha dado lugar a un adjetivo, felliniano, “sinónimo de un mundo extravagante, de un desfile grotesco”, destacan los promotores de Tutto Fellini!