A sus 27 años, el periodista rondeño Guillermo Azábal puede presumir de haber informado desde más de una decena de países en todo el mundo, especialmente en el continente africano, donde durante años ha trabajado como ‘freelance’ o autónomo, colaborando con medios nacionales.
Desde un inicio atraído por el periodismo internacional e historias de ámbito social, y tras varios años trabajando para la cadena COPE en Sevilla y Málaga, Azábal arriesgó recorriendo destinos como Marruecos, Túnez, Líbano, Irán, Israel-Palestina, Senegal, Kenia o Mali, en los que se desenvolvía de la mano de compañeros de la profesión que le orientaban, especialmente durante los primeros meses en los que comenzaba a ubicarse en terrenos inexplorados. Al trabajar como autónomo, cuenta, no tenía una asignación concreta de un medio.
“Iba buscando temas, proponiendo, en muchos casos estaba mal pagado o ni si quiera lograbas vender algo. Muchas veces supone una inversión por tu parte que no se puede recuperar, pero creo que merece la pena ir a estos sitios”, reconoce.
A pesar de la peligrosidad que puedan evocar algunos de los países mencionados, Guillermo sostiene que ha percibido una mayor inseguridad en México que en Irán o Líbano, por la situación de riesgo que viven los periodistas en Latinoamérica, donde la violencia alcanza altas cotas.
Hace cuatro meses, cuando el joven desarrollaba el oficio en la Agencia EFE, en Madrid, le propusieron pasar a formar parte de la delegación de la costa oeste en Estados Unidos como corresponsal de EFE Internacional en Los Ángeles.
Un destino, que, confiesa, no le interesaba a priori, al tratarse de un destino en el que el grueso de la información está relacionado con el mundo del cine y temática cultural sobre la que no acostumbraba a reportar con anterioridad, pero que finalmente, está convencido de que es una oportunidad que no podía dejar escapar por lo que le aportará.
Desde su llegada a la ciudad, el pasado enero, Azábal percibe Los Ángeles como una ciudad “áspera y dura”, en la que dependes del transporte público para cualquier desplazamiento, el tráfico es una constante, y las largas distancias unidas a cierta inseguridad en la calle, que obligan a recurrir al coche o a otros medios hacen que no se haga mucha vida fuera, según cuenta. “La gente tiene muy interiorizado que aquí está Hollywood, Beverly Hills, Santa Mónica, Venice, … hay cierto lujo, que lo hay, pero es una ciudad muy áspera. No es una ciudad fácil y está totalmente volcada a la industria del cine”, señala.
Mientras que el 50% de su trabajo se centrará a ese ámbito cultural, al incesante y frenético mundo del espectáculo, apunta que la mitad de la información que trabajará durante este año que durará su corresponsalía estará enfocado al periodismo de migraciones, ya que, informa, Los Ángeles es la segunda ciudad del mundo con más población procedente de México.
Hasta la fecha, el rondeño ha elaborado reportajes dedicados a temas como las armas, cuya legislación en el estado es una de las más estrictas, según explica, o a la venta de cannabis, que, pese a su legalidad, se enfrenta a importantes trabas burocráticas y a elevados impuestos.
Una de esas historias cuenta cómo un juez ha admitido a trámite el recurso de una asociación de armas que aseguraba que el cierre de las armerías durante las primeras semanas de la pandemia “era inconstitucional, porque aquí la segunda enmienda avala que tengas derecho a tener un arma y a portarla”. Al joven le espera un año intenso en el que podrá cubrir eventos como la entrega de los premios Oscar, los Emmy o los Grammy, y se confiesa un embajador de Ronda allá por donde le lleva el periodismo.
