Presidenta de las Damas Goyescas, integrante de la junta directiva de la Asociación Española Contra el Cáncer de Ronda, maestra vocacional ya jubilada, esposa, madre y abuela, todo esto y mucho más define la personalidad de María Jesús Becerra, nacida en Igualeja y rondeña de adopción, pero sobre todo, mujer comprometida y orgullosa de dar visibilidad a una generación que aún tiene mucho que aportar a la sociedad.
Embajadora de su tierra allá donde vaya, María Jesús es una mujer que se implica de lleno en todas las causas que defiende, ya sea desde el punto de vista de la educación en su labor como docente, como desde su compromiso con las personas que padecen enfermedades oncológicas y con su entorno más cercano.
Además, asume su cargo de presidenta de las Damas Goyescas con emoción y consciente del reto que implica representar a la mujer y a la sociedad rondeñas durante todo un año.
- Para aquellos que aún no la conozcan, ¿quién es María Jesús Becerra?
- Nací en Igualeja pero viene a Ronda a estudiar interna en un colegio de las Esclavas hasta que terminé COU. Después estudié Magisterio en Sevilla y, como en esa época no era tan difícil acceder a la enseñanza, al año siguiente ya estaba trabajando. Sobre todo en la provincia de Málaga, pero también en Jerez, donde pude llevar a cabo un proyecto escolar sobre Camarón y su música. Yo daba Lengua y Literatura, y utilizaba sus canciones, su vida, sus proyectos, sus viajes, sus conciertos, una enseñanza globalizada de cara a esos niños para que vinieran a clase, pues procedían de familias muy dispersas. Fue muy gratificante.
- Ha dedicado toda una vida a la educación, pero ya está jubilada. ¿Es una forma de cerrar una etapa y empezar otra nueva?
- El último centro en el que he estado en Ronda ha sido el Colegio Miguel de Cervantes, donde he ejercido de maestra, de secretaria, de directora, he hecho absolutamente de todo. Los mejores años de mi vida los he dado a ese colegio al que quiero muchísimo y a sus alumnos más todavía. He estado casi treinta años allí. Cuando cumplí los sesenta me jubilé. Creo que era una etapa que tenía que cerrar. Cerré esa etapa y empecé otra tan bonita como la que estoy viviendo ahora.
- Pertenece a la junta directiva de la Asociación Española Contra el Cáncer, que acaba de cumplir un año desde su constitución, ¿qué significa estar implicada en una labor como ésta?
- En la AECC soy la responsable de eventos y comunicación, aunque todo lo hacemos en común y todo lo decidimos de manera coordinada. Mi madre murió de cáncer y mucha gente a mi alrededor ha padecido esa enfermedad y la verdad es que yo estoy muy concienciada con este tema, así que pensé que Martín (Martín Vivas, presidente de la AECC) y yo teníamos que implicarnos. En este tipo de asociaciones tienes que ser una persona conocida, porque nada puedes hacer tú solo por mucho interés y voluntad que pongas. Tienes que contar con los demás, con el aprecio, el cariño y la solidaridad de la gente. Y en ese aspecto Martín hace muchas cosas por los demás de manera altruista, y al final eso que tú das vuelve a ti. Esto es muchas cosas de mucha gente que ha ayudado y sigue ayudando a la Asociación. -
- Sin duda, el nombramiento de presidenta de las Damas Goyescas es un reconocimiento a su trayectoria personal y profesional, ¿qué supuso?
- Lógicamente creo que es un honor y es muy reconfortante, pero sobre todo es un honor que pensaran en mí para representar a la ciudad durante todo un año. A los pocos días de proponérmelo la alcaldesa nos confinaron por la pandemia (en marzo de 2020), así que he tenido que esperar dos años largos para ejercer como presidenta. Conmigo hay trece jóvenes rondeñas como Damas Goyescas. Ha sido muy emotivo, una etapa muy bonita, muy querida, y para mí, que estoy jubilada y soy abuela de dos nietos, y a esta edad a veces te sientes un poco invisible, el hecho de darme esta posibilidad de ser presidenta ha dado visibilidad a mucha gente de mi generación y a muchas mujeres de mi generación, y así lo he notado. He sentido la empatía de la gente. Se acercaban a nosotras y a mí en particular de una manera cariñosa y afectiva. También el apoyo institucional, del Ayuntamiento.
- Una imagen para el recuerdo...
- Después de tantos eventos te quedas con la cercanía y el cariño de la gente, que es lo que te queda para el recuerdo. Hay muchas fotos en las que ves cómo ibas vestida y lo guapa que ibas, pero eso para mí queda en un segundo plano. Mi primer plano es el apoyo de mi familia y el apoyo de la gente, y a tantas personas que he conocido y he abrazado.
- ¿Qué papel juegan las Damas Goyescas a lo largo del año?
- Representamos a Ronda, a la mujer, y a Ronda en general, pero sobre todo a la sociedad rondeña. Estamos presentes en todos aquellas actividades o eventos que desde el Ayuntamiento y desde otras instituciones, como la Asociación de Peñas o la Agrupación de Hermandades y Cofradías, se organizan. Participamos en las actividades de Ronda Romántica, y lo próximo que tenemos es la Cabalgata de los Reyes Magos. Somos embajadoras de Ronda en lugares como Fitur (Feria Internacional de Turismo de Madrid), donde vamos a ir, y estamos dispuestas a cuidar y ayudar a nuestra ciudad.
- Está acompañada en este camino por trece jóvenes rondeñas.
- La mayoría son jóvenes que están terminando su preparación universitaria, por lo que les ha venido bien este compás de espera desde que nos dijeron que íbamos a ser Goyescas hasta que lo hemos sido. Ellas han madurado como mujeres y han sabido responder más fácilmente a todos y cada uno de los actos. Se notaba que tenían esa madurez.
- También ha colaborado con algunos medios de comunicación. ¿Tiene tiempo?
- He estado dos años colaborando con la radio, porque me encanta. Empecé con la Radio Municipal y después con Radio Coca SER con una columna de opinión semanal, pero este año me quería dedicar más a la AECC y he parado, aunque lo retomaré. También me encanta escribir. Estuve haciendo tres o cuatro años una semblanza de mujeres andaluzas con un periódico de Ronda. También he colaborado con la Revista El Catite.
- ¿Cómo compagina tanta actividad con su papel de abuela?
- Tengo dos hijos, Martín y María Jesús, y ella es quien me ha hecho abuela, de Estrella, con cuatro años, y Joselito, que tiene ocho meses. Nos hacen súper felices tanto a Martín como a mí. Como madre era muy exigente y disciplinada con mis hijos, y ahora como abuela soy un bizcocho. No tenemos el cargamento de responsabilidad que tienes cuando se es madre o se es padre. Como esa responsabilidad recae en sus padres, hace que nosotros vivamos el amor hacia los nietos de una manera diferente.