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Viernes 15/11/2024
 
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Ronda

El Patrimonio Histórico a debate en los Cursos de la UMA

Eduardo Bericat, catedrático de Sociología de la Universidad de Sevilla (US), ha participado hoy en los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga.

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  • EDUARDO BERICAT -

Eduardo Bericat, catedrático de Sociología de la Universidad de Sevilla (US), ha participado hoy en los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga (UMA) en Ronda con la ponencia titulada ‘Bienestar material y emocional: la desigualdad de ingresos y de felicidad en España’. En ella, este experto ha llamado la atención sobre la ausencia de medidores de bienestar social y, en contraposición, ha destacado la abundancia de instrumentos de ponderación económica.
En este sentido, ha afirmado que “la felicidad sí se puede medir”. “Hemos diseñado un método que
consiste en preguntar a las personas si están tristes, solas, si se sienten orgullosas de sí mismas, si tienen autoestima, si viven en clama, si están tranquilos... mediante estas preguntas sobre sentimientos y las respuestas, estimamos el nivel de felicidad de las personas”, ha explicado.

Bericat ha hecho especial hincapié en el impacto emocional de la crisis económica en España, un aspecto, a su juicio, olvidado respecto a otras consecuencias de esta situación generadas a nivel económico, social... “La crisis económica ha generado un gran impacto sobre el sufrimiento de las personas. La crisis ha hecho que la gente sufra más que antes. Las estimaciones que hemos realizado de aquellas personas que llamamos excluidos de la felicidad, eran en 2006, antes de la crisis, un 18,7 por ciento de la población, y en seis años, en 2012, este dato ha pasado a un 25,4%, es decir, uno de cada cuatro españoles no vive en un estado de mucha felicidad, más bien, lo contrario”, ha expresado, por lo que el número de personas no felices y no satisfechas con su vida en nuestro país ha crecido un 6,7% en este período. Bericat también ha afirmado que de 2000 a 2011, en España, el consumo de antidepresivos se ha duplicado.

En comparación con otros países, existen diferencias “muy grandes” entre unos y otros en cuanto al bienestar emocional: “Por eso planteo el problema de cohesión emocional en Europa. Es difícil conciliar un espacio en el que hay países que viven más felices que otros”, ha afirmado y ha puesto como ejemplos de países menos felices a Hungría y Bulgaria y, en la otra cara de la moneda, a Dinamarca y Noruega. España ocuparía una posición media en esta tabla.

Por último, como respuesta a si el dinero da la felicidad, Bericat ha respondido que “se podría decir que la probabilidad de que seas infeliz depende del dinero que tengas, si tienes más ingresos, la probabilidad es tres veces menor de ser infeliz que si eres de los que tienen pocos ingresos. Es cierto que mucho dinero no da más felicidad, pero también es verdad que con poco dinero, la probabilidad de ser infeliz crece”, ha terminado.

El 80% de los conjuntos históricos en España están protegidos
Teresa Pérez Cano, profesora titular de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, ha afirmado hoy en Ronda que el 80 por ciento de los conjuntos históricos en España están protegidos mediante planes especiales de protección, un planeamiento urbanístico que, no obstante, habría que actualizar en algunos casos. “Alrededor del 80 por ciento cuentan con planes especiales de protección pero dentro de este porcentaje hay unos más adaptados a la normativa actual que otros”, ha explicado Pérez que ha intervenido con la ponencia ‘La importancia de los planes especiales de protección de los conjuntos históricos’, en el seminario ‘La gestión y planificación turística de conjuntos históricos’. “ El plan especial de protección y cualquier figura de planeamiento de protección es el camino para la conservación   física   de   los   conjuntos   históricos.   Tener   un   plan   especial   es   tener   una   estructura administrativa, un manual de instrucciones, de cómo gestionar este espacio para que los valores que se han detectado, y por los cuales ese municipio ha sido merecedor de tener el reconocimiento de conjunto histórico, se puedan perpetuar en el tiempo y transmitir a las generaciones futuras”, ha defendido esta ponente, mientras que ha señalado que en los años sesenta, fueron 11 municipios los que empezaron a proteger sus conjuntos históricos y de éstos, hoy en día, nueve están declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. “Estas ciudades se han conservado mejor, conservar tiene premio”, ha declarado. Entre estas poblaciones figuran Córdoba, Úbeda, Baeza, Tarragona, Toledo y Cáceres, entre otras.Por último, Pérez ha afirmado que Andalucía “es una referencia a nivel de protección del patrimonio”. “El Instituto Andaluz de Patrimonio es una referencia mundial y nuestra ley de 2007 tiene elementos que las administraciones   de   otras   comunidades   han   copiado”.   Sin   embargo,   para   esta   profesora   “falta concienciación civil” sobre la necesidad de proteger el patrimonio, un aspecto que ha calificado como “una de nuestras debilidades”.

“Aún nos sentimos excluidos de la sociedad”

Amara Montoya, coordinadora del Instituto de Cultura Gitana y presidenta de la Asociación Romí Sersení ,Mujeres de Madrid, ha ofrecido esta mañana dentro del Curso “El pueblo gitano: un pueblo de oriente en occidente” la conferencia “La doble discriminación como mujeres y como gitanas”. Montoya ha expresado que el pueblo gitano aún sufre discriminación y que va un paso por detrás de la sociedad mayoritaria en muchos aspectos, “lo que se agrava en el caso de las mujeres”, ha afirmado. “El movimiento reivindicativo de las mujeres gitanas aún no está al mismo nivel que el resto de los feminismos sociales”, ha señalado la ponente.

Como obstáculos, Montoya considera que por historia, cultura o tradición no se han situado en el Estado en el lugar que les corresponde como minoría. “Los niveles educativos, laborales y los relacionados con la salud aún no son los mismos que los del resto de la sociedad,   ha sido una lucha de supervivencia constante”, ha manifestado. En cuanto a la educación, ha explicado que aún hay mucho abandono escolar y absentismo, y que a pesar de los logros conseguidos todavía no son los que desean. En este punto ha remarcado que hay estadísticas que relatan que el porcentaje de las mujeres gitanas universitarias es mayor que el de los hombres. En el campo sanitario, ha puesto como ejemplo que cuando una mujer gitana, hace unos años, acudía a un centro de salud, “la trataban como extranjera” lo que producía que no fuesen con la normalidad que deberían. Por todos estos puntos, Amara Montoya ha dicho contundente: “Aún nos sentimos excluidos de la sociedad”.
Como posibles propuestas para el cambio de esta situación ha indicado que, además del reto en la
educación, sólo tienen un instrumento válido en el Estado, que es el movimiento asociativo, existen
aproximadamente 300 asociaciones gitanas en España, y que se necesitaría un debate público y amplio sobre cuestiones relevantes para la población gitana y una mayor colaboración con las administraciones públicas.

 

 

 

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