Las cuentas municipales dadas a conocer por los responsables municipales que prevén 3,5 millones de euros de déficit en este ejercicio, dejan a la vista que la gestión de los populares no pasa de una mera operación de maquillaje contable por cuanto el déficit sigue el camino señalado por sus antecesores y la deuda financiera se va a agrandar con los intereses del crédito de 20 millones de euros para el pago a proveedores.
Eso sin contar lo que los políticos no quieren contemplar pero que la realidad más tozuda está dejando claro que se trata de otro ardiz para intentar retrasar lo inevitable y que no es otra cosa que la bajada de los ingresos hasta límites que posiblemente obliguen a tomar medidas que nadie quiere tomar pero que, visto lo visto en los últimos meses, se terminan tomando. Sin querer, pero tomando.
Hasta ahora, el Gobierno municipal no ha pasado de contar historias para retrasar la avalancha a la que está abocado, cuando la realidad lo obligue a decidir por uno de los dos caminos posibles ante esa bajada de ingresos y la lógica subida del déficit que no va evitar la subida de tasas de una media del 20 por ciento aprobada recientemente. Antes bien, esa subida puede aumentarlo. O sea, ofrecer menos servicios -o peores y más baratos- o despedir personal.
Y es que, bien mirado, ni la desaparición de la Gerencia de Urbanismo ni la Fundación de Cultura, y mucho menos la reconversión del Patronato de Deportes en agencia, ha tenido consecuencias sobre el presupuesto, toda vez que se han vendido como desaparición cuando en realidad no ha pasado de ser un traspaso de personal de organismos autónomos al Ayuntamiento. Y ya se están ofreciendo menos servicios. Por mucho que digan. O de peor calidad.
