Finalizada la Feria de Isidro, visto y analizado lo acaecido en la primera plaza y feria del mundo, la confirmación de un torero de San Fernando bien merece una mención tras las buenas sensaciones dejadas. Cuarenta y tres años, ahí es na, que un matador de toros de San Fernando no confirmaba alternativa en Las Ventas del Espíritu Santo.
En aquella fecha, sería el maestro Francisco Ruiz Miguel quien daba buena cuenta de un toro de Osborne. Y esta misma sangre, entre otras, en el toro Distante, toro de La Palmosilla con el que David Galván cambió la fecha de la última confirmación de un torero de La Isla, pasando a ser el 13 de mayo. Negro, bonito hasta donde lo pueda ser una fiera que te puede llevar a soñar con cruzar la puerta del cielo de Madrid en volandas y entre empujones de tus incondicionales.
Pero no era toro de triunfo, era toro de darte a conocerte presentando unas credenciales de firmeza, seguridad, pasmo, gallardía y estética de la buena, no de la otra, de la de verdad con el toro por tú alrededor.
Antes, David Galván cruzaba el gran ruedo de Las Ventas, con paso lento pero firme y seguro, pensativo con las ideas muy claras, cabizbajo pero infinitamente orgulloso de lo que iba a hacer. Tanta gente y nadie, en la soledad de los miedos, de las dudas, el torero estuvo acompañado de amigos y familiares de San Fernando, de Los Barrios, de Algeciras y hasta de Mogán, de Las Palmas de Gran Canaria hondeando al viento su bandera amarilla y azul allá en lo alto del 4.
Y cómo no, su padrino de doctorado y predecesor en el cargo Francisco Ruiz Miguel, además de su primer profesor el maestro Antonio Pérez. Entre Ruiz Miguel y David Galván otros matadores de toros que no han podido llegar, al menos de momento, al mismo epicentro del toreo como han llegado ellos: Antonio Pérez (alternativado en El Puerto en 1969), Alberto Ramírez (San Fernando, 1996), Fco. Javier Vidal Chamaqui (San Fernando, 1998), Antonio Fernández (San Fernando, 2003), Benjamín Gómez (San Fernando, 2007) y José Caraballo (Valverde del Camino, 2009).
Ojalá no pase tanto tiempo hasta que uno de estos, u otros, pisen ese ruedo como matador de toros o a punto de serlo. Mientras tanto, David Galván seguirá luchando donde lo tiene que hacer, en la plaza, para abrirse un difícil hueco entre las figuras que cada vez les cierran más el paso a los que pueden, por méritos propios, hacerles complicada sombra.