La iglesia Mayor parroquial de San Pedro y San Pablo celebra este mes el 250 aniversario de la consagración del templo, si bien hasta ahora no se ha elaborado ningún acto extraordinario que resalta este importante hecho, cuando todavía La Isla pertenecía a Cádiz y no contaba con cabildo autónomo. Esta efeméride quiere ser aprovechada por los cofrades de la iglesia Mayor para que los altares de culto de Cuaresma regresen al altar mayor del templo, como ocurría hace décadas y de los que se tiene constancia gráfica. Antiguas fotos de la iglesia Mayor y las hemerotecas han reflejado no sólo el Nazareno en altar mayor, sino grandes predicadores.
Debido en parte a las ciertas disposiciones del Concilio Vaticano II, en las parroquias isleñas no sólo se prohibieron altares de cultos en altar mayor, sino que en muchas iglesias incluso se acabó con el retablo mayor. La propia iglesia Mayor perdió su retablo de madera y antiguo órgano.
Lo que no entienden los cofrades de la iglesia Mayor es que sus altares queden marginados en la nave del crucero y que fieles que acuden a los cultos no lo puedan ver salvo que se acerquen al al lugar de la celebración eucarística. Grandes altares de cultos nacidos de la imaginación y buen hacer de los equipos de mayordomía y de los grandes asesores con los que cuentan las cofradías.
En San Fernando, todas las iglesias permiten en Cuaresma altares de culto en el altar mayor, salvo la iglesia Mayor y la Divina Pastora, aunque ésta última si permite el paso o el besamanos de la Divina Pastora.
Tiempo atrás, las cofradías propusieron incluso un sólo altar, en el que sólo se cambiara la cera y las imágenes, para no desmontar la estructura, aunque no tampoco recibió el plácet.
