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Sábado 16/11/2024
 

San Fernando

"Mi criterio como pediatra es valorar que los niños salgan a la calle"

Tendría que ser en una determinada franja horaria, acompañados de un adulto, con los parque infantiles cerrados y sin interactuar los de distintas familias.

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Juan Manuel García-Cubillana de la Cruz, médico pediatra. El debate está en la calle.

¿Es hora de que los niños puedan salir a la calle, por supuesto con todas las medidas de protección?

-Tenemos que situarnos en que llevamos confinados cinco semana y que el ratio de contagio está bajando. Ahora mismo en España está en 1,1 y en el momento en que bajase de uno se considera controlada la pandemia. Sería el momento de que las autoridades sanitarias, conociendo la situación de control, permitiesen cierto desconfinamiento en determinadas personas, entre ellas los niños. Por ejemplo, a niños con trastornos del desarrollo, como son los niños autistas o a las personas que tienen una enfermedad psíquica se les permitió con la autorización pertinente salir en determinados momentos a la calle acompañados de un adulto responsable.

Previsiblemente en las próximas semanas el ratio de contagio baje y mi criterio como pediatra es valorar la posibilidad de que nuestros hijos salgan a la calle en algunas condiciones. Por ejemplo en una franja horaria determinada, siempre acompañados de un adulto. Hay que tener mucho cuidado con los parques públicos infantiles porque los niños lo tocan todo y se llevan las manos a la boca y aunque por sus características inmunológicas pasan la enfermedad prácticamente sin síntomas, con vectores del virus a adultos, sobre todo a los ancianos que son los más vulnerables.

Habría que prohibir posiblemente los parques infantiles porque los niños tocan los pasamanos y el virus puede permanecer activo durante cierto tiempo en algunas superficies, aunque yo espero que el calor de la primavera y del verano ayude a controlar el contagio.

Creo que hay que diferenciar al niño que vive en una planta baja del niño que vive en un edificio que tienen que utilizar las zonas comunes, las escaleras, los ascensores, los interruptores… Las familias deben de tener mucho cuidado de que el niño baje de la mano sin tocar nada. Lo ideal sería que jugaran en una plaza con elementos propios, como un balón, unos patines, una bicicleta… para poder desarrollarse.

No sería factible que los niños de distintos núcleos familiares puedan jugar entre ellos.

-Claro. El descofinamiento o el desescalamiento hay que hacerlo por partes. En mi criterio, el niño debería salir a la calle dentro de la unidad familiar con la que ha estado confinado para evitar el contagio con otros niños. Sería con el padre, la madre o el tutor con el que ha estado confinado estas cuatro o cinco semanas.

Los dermatólogos ya han avisado de que hace falta que los niños salgan a la calle porque necesitan tomar el sol. Sobre todo en una ciudad en la que el sol en esta época  del año cae por la parte del suroeste y hay casas que no reciben un rayo de sol en todo el invierno.

-El niño, sobre todo el lactante, requiere exposición solar porque los rayos ultravioletas son una fuente de vitamina D que es fundamental para el desarrollo mineral y óseo y para su sistema defensivo, es una hormona que actúa a nivel inmunitario.

Lo que no se ve es que los niños puedan volver a las clases en este curso…

-Entiendo que las autoridades están valorando todos los elementos y es difícil tomar una decisión, pero la vuelta física al colegio no será factible en este último trimestre. Distinto es a nivel telemático que siguen las clases y los profesores impartiendo sus disciplinas.

Usted es pediatra, no epidemiólogo, pero como médico, ¿cree que habrá un segundo brote del virus y que puede ser incluso peor que éste si no se toman medidas drásticas?

-Nos estamos enfrentando a un virus que lo hemos conocido hace tres meses, con lo cual la comunidad científica internacional va aprendiendo día a día de la evolución de los pacientes y los tratamientos. Pero es un coronavirus, es parecido a un virus de la gripe y habitualmente, cuando hay una pandemia de gripe suele haber dos oleadas, una en invierno-primavera y otra en otoño. Así sucedió en la gripe de 1918 en España, con lo que es previsible que hubiera un segundo rebrote en el otoño. No lo sabemos pero es muy posible.

Una pregunta un tanto comprometida. ¿Cree que hubo imprevisión en Occidente viendo lo que estaba ocurriendo en China o hubo falta de información en China que provocó la imprevisión en Occidente? O la provocó o la agravó.

-Creo que las dos cosas. Posiblemente China no difundió con exactitud todo lo sucedido allí y ahora han comunicado que el número de víctimas en Wuhan era superior al que se dijo en un principio. Pero es evidente que los países que hicieron el confinamiento precoz como Corea del Sur, han tenido un control de la pandemia mucho antes que Occidente y los países mediterráneos como Francia, Italia y España tomaron una decisión tardía. Evidentemente es fácil decirlo ahora. Yo soy consciente de que la autoridad tuvo que tomar esa decisión valorando muchísimos factores y ahora es muy fácil hablar. Pero evidentemente si nos hubiéramos confinado antes, probablemente la curva tan agresiva que hemos tenido en Francia, Italia y España no hubiera sido tal.

Para lo que sí ha servido esta pandemia es para comprobar la importancia de la Sanidad Pública y su mantenimiento, la importancia de los sanitarios y también para darse cuenta de lo mala que es la dependencia de materiales que es la causa directa de la globalización y la deslocalización de empresas.

-Yo pienso que esto ha sido una reflexión para todo el mundo occidental. Nosotros los europeos nos hemos considerado muy prepotentes a nivel sanitario. Tenemos una tecnología de última generación, resonancias magnéticas, terapias con fotones, podemos hacer un trasplante de corazón, un trasplante renal, una terapia génica... Eso es una medicina de alto nivel, que es muy importante. Pero sin embargo ahora hemos tenido que darnos cuenta que salva muchas más vidas una mascarilla, un casco con pantalla para sanitarios, los EPIs, los guantes y sobre todo respiradores no de última generación, sino respiradores.

El mundo occidental tiene que volver a prepararse porque las grandes pandemias que hubo a lo largo de la Historia pueden volver a aparecer. Un virus que inicialmente parecía inofensivo como es éste, está causándose una vorágine sanitaria a nivel europeo y mundial.

Hemos pasado por muchas pandemias a lo largo de los siglos por las condiciones de insalubridad de aquellas épocas. Pero estamos en el siglo XXI y ya hemos conocido tres en apenas 20 años.

-La reflexión que yo hacía es también para valorar lo que está haciendo el mundo. Muchas de estas pandemias por virus proceden del mundo animal. Son virus que traspasan la cadena de las especies y pasan de los murciélagos, de los pangolines a los cerdos, a las aves… y de ahí pasan al hombre. Muchos vienen de Asia porque la civilización está invadiendo su hábitat y cada vez es más frecuente la mezcla entre esos murciélagos, esas aves, esos monos y el hombre. En esas sociedades se sacrifican y comen todo tipo de animales. Cuando yo estuve en China hace una serie de años los chinos decían que se comían todo lo que tuviera cuatro patas menos las mesas. Estamos invadiendo el hábitat animal y el mundo tiene que valorar el respeto a la naturaleza para evitar que haya este tipo de contagios.

Las teorías de la conspiración que circulan por ahí estoy seguro que están fuera de lugar. Lo que no puedo decir que pueda pasar o no es que haya un accidente en un laboratorio.

-La única enfermedad que el mundo ha conseguido erradicar ha sido la viruela. Las grandes pandemias que ha habido en el mundo ha sido sobre todo la peste bubónica transmitida por una pulga de la rata negra y después la viruela erradicada en el último cuarto de siglo del siglo XX. Hay por ejemplo virus de viruela en determinados laboratorios especiales que pudieran ser utilizados por determinados países o sociedades para una guerra biológica. Es obligatorio tener esos virus activos para generar vacunas en caso de que haya una epidemia. Aunque ya los niños no se vacunan de viruela, hay doscientos millones de vacunas de viruelas almacenados en dos laboratorios con unas condiciones de seguridad brutales, por si se escapase un virus o volviera a aparecer la enfermedad. Estamos a punto de controlar la polio, que aún quedan casos en Pakistán y Afganistán.

El virus podría ser utilizado como una guerra biológica y aunque inicialmente parece ser que es un virus que ha traspasado la cadena de las especies, tampoco se puede descartar que pudiera haber sido error de algún control de algún virus de algún laboratorio que estuviera acantonado. Pero eso no se sabe. Entra más dentro de la picaresca novelística o de la ilusión de determinados escritores. Pero no puede descartarse. La realidad es que todavía no sabemos cómo y dónde se originó el contagio de este virus. Hasta ahora la Ciencia no lo ha conseguido demostrar, pero espero que sepamos más sobre las circunstancias en las que esta pandemia se originó y probablemente China, si lo sabe, tendrá que difundir ese conocimiento al resto del mundo.

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