Habían temido, como todos, que la pandemia que se declaró en el mes de marzo de 2020 pasara factura en la Residencia María Castañera para enfermos de Alzheimer, pero la primera ola la dejó libre de sufrimiento y muerte. Fue a principios de enero de 2021, cuando menos lo esperaban por las muchas medidas de seguridad que habían puesto en marcha, cuando el sufrimiento y la muerte entró por la puertas en forma de Covid-19 dejando a muchos marcados por la enfermedad y lo que es peor, a 25 personas fallecidas.
Todas ellas fueron homenajeadas el pasado sábado por la comunidad de la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer Vita, Alfa-Vitae, en un acto en las puertas de la residencia en el que la emoción, el recuerdo y la prudencia estuvieron presentes con una mirada constante al cielo y con los pies en la tierra, por nada ha pasado todavía.
El presidente de AFA-Vita, que engloba la residencia y el centro de día María Dolores Castañeda, Francisco Pavón, actuó como maestro de ceremonia y califico los tres primeros meses como el “trimestre más duro de toda la historia de la asociación”.
También el personal tuvo su voz por medio de Sara Alameda, quien llamó a todos los residentes, presentes y ausentes, los “nuestros abuelos” y como con tales era el comportamiento de toda la plantilla del centro. Todos ellos pusieron “el alma” en el cuidado de los demás y quizá por eso duelen más las ausencias.
Alvaro Vela habló en nombre de los familiares y agradeció al centro lo que el centro le da a los residentes, calidad de vida dentro de una “gran familia”, lo mejor que se puede tener a esas edades y en esas circunstancias.
Los nombres de las veinticinco personas fallecidas fueron sonando en los altavoces a la vez que los familiares recibían un globo rojo con una semilla de amapola dentro, que junto al mismo número de globos azules se elevaron hacia el cielo al final de acto en memoria y reconocimiento a todos los que fallecieron en esos trágicos meses.