Cada 1 de noviembre los sanluqueños se afanan en arreglar las tumbas de sus seres queridos. Una tradición que sobrevive a la crisis, ya que los vendedores de flores que tradicionalmente se apuestan a la entrada del cementerio de San José aseguran no haber notado un descenso de las ventas. "Se nota en el resto de días, pero en ocasiones puntuales como hoy o incluso en el Día de los Enamorados, continúan las ventas al mismo nivel", señalaba a este periódico José Manuel García, uno de los vendedores de flores que acude al cementerio sanluqueño desde hace años-
Lo cierto es que la imagen que presentaba el camposanto también certificaba los esfuerzos de los sanluqueños por acudir a arropar en el día de Todos los Santos a sus difuntos. A media mañana, las calles del cementerio estaban repletas de gente que se afanaba en acondicionar las tumbas de sus seres queridos en una jornada favorecida por el buen tiempo. Uno de los familiares que se encontraba en el cementerio aseguraba que "mantenemos la tradición y hacemos un esfuerzo por recordar a los familiares que ya no están con nosotros. Es un día triste", afirmaba Francisco Parrado.
En el cementerio de San José existen 9.000 nichos, si bien desde su clausura hace ahora dos años, la mayoría de los enterramientos se realizan en el camposanto ubicado junto al tanatorio de San Nicolás, donde también acudieron un nutrido grupo de familiares a recordar a sus seres queridos.