El nuevo Estado de Alarma y toque de queda aprobado por el Gobierno, así como el cierre perimetral decretado por la Junta de Andalucía, han encendido todas las alarmas en el sector empresarial y, más concretamente, en el ramo de la hostelería donde asisten con la máxima preocupación al nuevo escenario planteado, siendo conscientes de que “pintan bastos”. Así lo manifiestan desde la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas de Sanlúcar (Apysan). “Los impuestos siguen siendo los mismos, los costes salariales también, pero lo que está claro es que la hostelería de nuestra ciudad se nutre, en un elevado porcentaje, de los visitantes llegados desde otros puntos de dentro y fuera de nuestra provincia”. La cancelación de reservas el pasado fin de semana, nada más decretarse el cierre perimetral de la localidad, es muestra de ello. La hostelería de Sanlúcar no es viable solo con el público local.
Pérdida de empleo
Despe Apysan entienden responsablemente que estas nuevas medidas restrictivas son necesarias para el bien común de la población en la lucha contra el coronavirus, pero al mismo tiempo reclaman a las distintas administraciones ayudas económicas que ayuden a paliar lo que denominan un “auténtico calvario” con el evidente riesgo de destrucción de puestos de trabajo. De hecho, el sector servicios acumula en Sanlúcar más de 6.000 del total de casi 10.300 desempleados registrados en la localidad a día de hoy.
Desde Apysan llaman la atención sobre que estas medidas no se prolonguen más allá del 9 de noviembre, fecha en principio señalada como fin del estado de alarma.La incertidumbre rodea al sector, ante el aumento de casos positivos de coronavirus en la localidad, y con las decisiones de otras comunidades autónomas de decretar el cierre de los negocios hosteleros para intentar frenar la evolución de la pandemia. Andalucía, de momento, esperará para decidir.
El sector se reinventa
La primera oleada de la pandemia del coronavirus motivó que los negocios, especialmente los de hostelería, tuvieran que reinventarse. La puesta en marcha del servicio de comida a domicilio fue una de las opciones por las que apostaron algunos hosteleros locales. Otros, optaron por echar el cierre y esperar las ayudas estatales al no poder cubrir los costes sólo con este servicio. Ahora, con la incertidumbre sobre si podrán mantener la actividad o si podrán optar a algún tipo de ayudas, la mayoría aguarda para tomar decisiones sobre la viabilidad de sus negocios. Restaurante Casa Bigote o Argüeso son dos de los establecimientos que ya han anunciado su cierre en base a la incertidumbre y la falta de clientela en las últimas semanas, sobre todo, desde la orden de cierre perimetral de la localidad. En el caso de este último, por ejemplo, ha optado por unir fuerzas junto a restaurante El Espejo, para ofrecer a sus clientes una oferta aún más atractiva.
