Dos cofrades sevillanos, Vanidia Nalón y José Joaquín Baena, no podrá presentarse a las elecciones a la junta directiva de una hermandad, la de Los Gitanos, al ser considerados por el Arzobispado que no llevan una “vida cristiana regular”, al convivir con sus parejas sin estar casados.
Ambos, según ha explicado a EFE Vanidia, se presentaron en la lista encabezada por Carlos de Paz, el que fuera teniente hermano mayor de la hermandad durante 8 años, que el pasado 20 de diciembre presentó su candidatura, diez días antes de terminar el plazo, pero el mismo 30 de diciembre se presentó una impugnación “de alguien de dentro de la hermandad”, ha lamentado la mujer, que señala que no tuvieron “tiempo material” para poder presentar alegaciones.
Para Vanidia y su pareja, padres de dos mellizos de 4 años, se trata de algo inexplicable, más aún cuando “llevamos toda la vida en la hermandad, mi pareja es costalero y todo el mundo lo conoce”, con lo que se muestra “profundamente decepcionada”, ya que la denuncia presentada ante el Arzobispado fue presentada desde dentro de la hermandad, “por alguien que nos conoce, que sabe que no nos casamos en su día, por ejemplo, porque mi padre, que iba a ser el padrino, murió en un accidente en el que yo también me vi implicada”.
“Han atacado a nuestra vida personal y cristiana con el único fin de hacer daño a la candidatura”, ha dicho,
Por su parte, José Baena, explica que vive con su pareja, una mujer divorciada con la que tiene un hijo en común, además de que ella es madre de otro fruto de su matrimonio, “e incluso hemos comenzado los trámites para obtener la nulidad matrimonial”.
Baena coincide con Nalón en que ha sido denunciados “por alguien de la hermandad”, ya que “el director espiritual solo sabe mi nombre, no conoce mi vida personal”, de modo que “no puede saber por sí mismo mis circunstancias personales”.
Ahora, la candidatura ha anunciado que mantendrá su idea de presentarse, aunque sea con dos candidatos menos, según ha informado en un comunicado, en el que se especifica que, es en las situaciones difíciles “donde se ponen a prueba los equipos y esta situación no hace sino reforzarnos en la necesidad de los principios de la hermandad que propone nuestra candidatura”.