A punto de cumplir 65 años y con casi medio siglo de carrera a sus espaldas, Raimundo Amador asegura que no se considera “ni rockero ni rumbero” sino “un bicho raro”, y dice que afronta un verano repleto de citas con la misma ilusión que cuando empezó en los años 70 en el grupo Veneno con su hermano Rafael y Kiko Veneno.
En una entrevista con EFE, confiesa que tiene muchas ganas de encontrarse con sus fans, que le siguen pidiendo sus temas clásicos, auténticos himnos de un estilo difícilmente encajable porque la anarquía es parte de su forma de ser musical.
“Se preparan cosas, se tiene ensayado y preparado, pero se deja sitio a lo que pueda surgir”, explica, pues si algo tiene claro es que, desde el escenario, tiene que responder a las peticiones de sus “himnos” por parte de sus seguidores, canciones que por mucho que pase el tiempo forman parte de su trayectoria musical.
Una de las citas que prepara con más cariño es su concierto en la III edición del Kannasur Expo Sevilla, que se celebrará del 7 al 9 de junio próximos, un festival que intenta, entre otras cosas, “romper el estigma” del consumo de cannabis alternando las exposiciones con ponencias y un listado de actuaciones musicales durante los tres días de la cita.
Compartirá escenario con Gordo Máster, Andreas & Anyelo Lutz, Faenna, Mario Palma, Groback, DJ Darío o Cheff Saka, y al hablar de este festival explica que consumía “hasta que ya no me sentaba bien” cantidades moderadas de cannabis, de modo que para él es “un orgullo” participar en este evento.
De hecho, bromea con que hay mucha gente que le dice que uno de sus temas, ‘Bolleré’, se puede considerar “el himno de los porretas”, y recuerda la importancia que en su carrera ha tenido y tiene esta canción de la francesa Cathy Claret que inmortalizó junto a BB King, y que en su letra refleja la historia del papel de liar OCB.
Canciones que son himnos
“Que sea todo un himno me parece muy bien”, admite el cantante y guitarrista sevillano, aunque sigue bromeando con que le da “coraje” que en los conciertos le pidan sus canciones de siempre y no los temas más nuevos, algo que considera parte de un juego en el que lleva ya mucho tiempo, y en el que ha firmado canciones que guardan en la memoria más de una generación.
En ese listado de temas sitúa ‘Hoy no estoy pa nadie’, una canción que “lanza un mensaje muy potente, con mucho mensaje, y es normal que la pidan para escucharla”.
Es una composición que “lanza sentencias, y dice incluso algo más que otros temas”, como también ‘Ay qué gustito pa’ mis orejas’, de la que dice que “tiene un arma de doble filo, una forma de contar las cosas con un doble sentido que a la gente le sigue gustando mucho”. La canción surgió en 1995 de la mente del onubense Pablo Carbonell, a quien se le ocurrió una noche en la playa “jugando a los médicos con su chica”.
Una carrera en un punto medio
Con todo, calificar la carrera de Raimundo Amador es una tarea casi imposible; como él mismo dice, está “en un punto medio”, a la vez que se muestra ilusionado como un principiante al mirar la lista de conciertos que tiene por delante y que define como “cosillas y bolos”.
Entre esas "cosillas" figuran actuaciones en Sevilla o Granada: “no suelo tocar por aquí, suelo estar más arriba, y me enorgullece tener conciertos previstos en mi tierra”, afirma.
Con muchas fechas anotadas en su calendario “por aquí abajo”, Raimundo pone la directa para dar su 65 vuelta al mundo en los escenarios dando "gustito" a las orejas de sus miles de seguidores, y dispuesto a protagonizar conciertos “premeditados pero improvisados”. Los genios son así.