Un total de cuatro agentes de la Policía Nacional, que han comparecido como testigos, han negado este viernes las "torturas" que un preso denunció haber sufrido en diciembre de 2010 mientras se encontraba en los calabozos del edificio Noga esperando para ser enjuiciado en el Juzgado de lo Penal número 8 por un presunto delito de robo con fuerza en las cosas.
Fuentes del caso han informado a Europa Press de que estos cuatro agentes, tres hombres y una mujer, han comparecido como testigos en el Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla y han señalado que "han transcurrido ya dos años y no pueden recordar con precisión" el día en cuestión, aunque han coincidido en negar que ese día presenciaran esas supuestas torturas en los calabozos del Noga.
Uno de los agentes ha señalado que, en el momento en que se produjeron los hechos denunciados, no estaba en los calabozos puesto que se encontraba trasladando a un preso a un juicio, mientras que otra policía nacional ha asegurado que ese día "escuchó el ruido de un golpe", pero no ha sabido precisar su origen.
Otro agente ha dicho que, en la fecha de los supuestos hechos, la plantilla destinada a los calabozos era de 18 policías, aunque por el momento sólo se ha tomado declaración a estos cuatro agentes.
Asimismo, las mismas fuentes consultadas por Europa Press han precisado que, de los cuatro agentes que han comparecido como testigos, tres ya no están destinados a la custodia de presos en los calabozos judiciales.
El juez sustituto del Juzgado de Instrucción 6, Iván Escalera, había citado a declarar como testigo a un quinto policía, pero éste no ha comparecido finalmente al ser uno de los dos agentes que se encuentran imputados por estos hechos.
El juez ha citado el próximo día 29 de octubre al denunciante, aunque en calidad de imputado por un delito de atentado a agente de la autoridad.
DOS POLICÍAS IMPUTADOS
Tras la denuncia interpuesta por la supuesta víctima contra los agentes por presuntos delitos de tortura, contra la integridad moral, amenazas, coacciones y lesiones, la juez Mercedes Alaya, actualmente de baja médica por enfermedad, decidió imputar a dos policías y también al denunciante.
El pasado 23 de enero, los dos policías imputados negaron los hechos y aseguraron que el preso "estaba muy alterado" durante la conducción desde la cárcel de Sevilla I y que, una vez llegaron al edificio Noga, "alteró el orden" de los calabozos, por lo que procedieron a sacarlo de la celda para separarlo del resto.
No obstante, en ese momento "opuso resistencia", según los agentes, que negaron de este modo cualquier tipo de maltrato o tortura.
LA DENUNCIA
En la denuncia, consultada por Europa Press, la supuesta víctima, identificada como F.J.M.G., relata que los hechos tuvieron lugar el 3 de diciembre de 2010, cuando fue trasladado y custodiado por efectivos de la Policía Nacional, junto a otros internos, desde Sevilla I hasta el edificio Noga, y una vez en los calabozos ubicados en el sótano del inmueble, "uno de los policías manifestó que no quería ver ninguna colilla en el suelo, a lo que uno de los dos internos que estaban en mi misma celda dijo 'ya estamos'".
En este sentido, asegura que los policías "respondieron sacándolo de la celda y llevándolo a un cuartillo que estaba al lado de las celdas, donde escuchábamos cómo le pegaban". A continuación, añade, el otro preso que estaba en su celda manifestó que eran unos "abusones", tras lo que los policías "se dirigieron a mí, creyendo que era yo quien lo había dicho, sacándome de la celda, lanzándome insultos como 'cabrón', 'hijo de puta' y 'tus muertos', mientras les decía que yo no había dicho nada".
De este modo, y según su denuncia, le llevaron al cuartillo mencionado, y "mientras unos agentes de policía me pisoteaban las muñecas, tobillos y distintas partes del cuerpo, otro agente me cogía por los pelos y con la cabeza me daba porrazos contra el suelo, tirándome al mismo tiempo fuertemente de la oreja izquierda y provocándome también un arañazo en el párpado del ojo izquierdo", agregando que ese mismo agente "me dio con una vara fina extensible en el cuerpo, pero gracias a la ropa no me quedó señales".
"AUXILIO"
Ante ello, asevera, "solicité auxilio", pero "los demás agentes de Policía que se encontraban en las dependencias de calabozos, faltando a los deberes de su cargo, permitieron que los que me estaban agrediendo ejecutaran los hechos mencionados", motivo por el que ha interpuesto una denuncia por presuntos delitos de tortura, contra la integridad moral, amenazas, coacciones y lesiones contra todos los agentes policiales que ese día y en ese momento se encontraban custodiando a los internos en las dependencias de calabozo.
Igualmente, pone de manifiesto que, en el momento en que supuestamente los agentes le estaban agrediendo, "les dije que mi abogado estaba al llegar para entrevistarse conmigo, a lo que me respondieron que no les importaba y que me pegarían también delante de él", mientras que, "ante la sangre de la herida que me habían hecho en la frente como consecuencia de los porrazos que me habían dado con la cabeza contra el suelo, me dijeron que me lavara la cara, a lo que contesté que no para que mi abogado y la juez pudieran ver lo que me acababan de hacer".