Los empresarios hispalenses lo tienen muy claro. Sevilla y su provincia necesitan una urgente recuperación económica y para ellos, el dragado de profundización del Guadalquivir proyectado en 2003 por la Autoridad Portuaria, es el revulsivo que la ciudad necesita.
Es más, Miguel Rus, presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES) señaló ayer que la zona franca en el puerto, proyecto impulsado por el Ayuntamiento y al que dan la “bienvenida”, “no tiene futuro” si no prospera la profundización del Guadalquivir. “Su desarrollo con garantías sólo vendrá determinado” a través del dragado”, indicó Rus durante el transcurso de la tradicional asamblea anual de la patronal sevillana.
Para el presidente de los empresarios sevillanos, -y al hilo del reciente cierre de la planta de Roca en Alcalá, la clausura de la empresa de aceites Cargill, el anuncio del cierre a finales de 2o13 de la empresa Danone en Sevilla o del ERE anunciado por Santa Bárbara-, estas deslocalizaciones podrían ser la tónica general si no prospera el dragado en profundidad para que el Guadalquivir pueda admitir barcos de mayor calado. “Hay empresas, que si no se toman decisiones con garantías y a corto plazo, terminarán marchándose como Danone, Cargill o Roca”, manifestó Rus.
Además, para Rus la demora en el encauzamiento del Argamasilla o el “fiasco” de la recuperación de las Atarazanas son claros ejemplos de la “paralización” que afecta a la provincia.
Revisión del PGOU
De igual forma, el presidente de la CES reconoció que “Sevilla no puede implicarse en un nuevo círculo vicioso sobre la revisión del PGOU”, al tiempo que mostró el respaldo de la confederación a la construcción de un aparcamiento subterráneo en la Alameda, la recalificación de la Gavidia o de la creación de una nueva tienda de Ikea en Sevilla.