La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a Carlos Estévez y todos sus colaboradores a un total de 10 años y cuatro meses de prisión, a razón de dos años y seis meses a cada uno de ellos, así como al pago de una suma de cercana a los tres millones de euros.
La Audiencia sevillana les considera autores de un delito continuado de apropiación indebida en concurso con delitos de falsedad. Estévez saqueó la compañía Mantesur Andévalo con multitud de facturas falsas de supuestos trabajos que jamás se habían realizado.
Para ello, según se extrae de la sentencia, fechada el 31 de marzo de 2016 y a la que ha tenido acceso Viva, se valió de su lugarteniente Luis Arias Fontal y de su cuñada Elvira Núñez de Prado, testaferra junto al hermano de ésta, José Luis Núñez de Prado, y personas que utilizaba Estévez para no figurar como lo que en realidad era, el administrador de hecho de la empresa minera.
Estévez engañó durante años a la empresa suiza Shorthorn Limited, del grupo suizo de Marc Rich, de quien obtuvo más de doce millones de euros. La sentencia recorre en sus 31 folios todas las vicisitudes del proyecto minero desde que en 2004, Estévez creó las sociedades Mantesur Andévalo y consiguió que ésta se adjudicara los activos de Minas de Riotinto.
Según fuentes consultadas por Viva, el panorama judicial de Estévez y sus subordinados es muy complicado, puesto que hay pendiente otro proceso ya enjuiciado y en espera de sentencia y quedan incluso dos juicios más por celebrar.
El primero de los procedimientos es por los mismos hechos por los que ha sido condenado pero realizados con el dinero de la empresa Emed Mining durante los años 2007 y 2008, a quien presuntamente habría defraudado con facturas falsas.
El segundo juicio pendiente es por otra querella por la presunta falsificación de un contrato que habrían usado para instar el concurso de Mantesur de forma engañosa, por la que podría ser condenado a otros 6 años de cárcel.
Los abogados del grupo suizo, el bufete sevillano Salas & Donaire, han manifestado que pedirán de forma inmediata el ingreso en prisión de Estévez y todos sus colaboradores, por el riesgo de fuga que surge a partir de esta sentencia y a la vista de las más que previsibles condenas que podrían llegar en los próximos meses.