La mayoría de los nuevos nombres que forman ya parte del Gobierno de Rajoy habían sonado de alguna u otra manera, especialmente los más vicunlados a María Dolores de Cospedal, a quien todos situaban sentada junto a Sáenz de Santamaría, dos mujeres de carácter para compensar -quizás, aunque no creo que el presidente lo piense así- que el gallego nunca ha tenido muy en cuenta eso de la paridad en sus equipos. Y está claro que para muchos la sorpresa ha estado en la inclusión de Juan Ignacio Zoido, hasta ayer portavoz municipal del PP tras perder la Alcaldía gracias al apoyo de Participa e IU a Juan Espadas, pero que ya llevaba sonando desde hace tiempo para coger caminito de Madrid.
Zoido tiene una dilatada experiencia en cargos públicos y representativos y también dentro del PP andaluz desde que abandonara la toga de juez para embarcarse en la Delegación del Gobierno, aunque quizás su éxito más sonoro ha sido ganar tres veces las elecciones municipales en la ciudad de Sevilla y sólo conseguir el sillón de la Alcaldía en una ocasión, gracias, eso sí, a una mayoría absoluta aplastante que le dio unos 20 concejales que rara vez se repetirán en la ciudad. O no, quién sabe.
Aunque muchos se han sorprendido de la elección y a otros les ha horrorizado, lo cierto es que Zoido siempre ha estado considerado como de los más cercanos a Rajoy en Andalucía pero, en especial, a María Dolores de Cospedal, a quien seguirá teniendo cerca en Moncloa más allá de aquella guerra interna que terminó con Juanma Moreno al frente del PP andaluz.
El ya ministro de Interior ha repetido hasta la saciedad aquello de que su prioridad es Sevilla y que, estuviera donde estuviera, siempre defendería el interés de los sevillanos, optando siempre por compatibilizar otros cargos con su papel como edil municipal. Pero ya el Ministerio lo hace incompatible y deberá ceder espacio a un PP que ahora puede abrirse en canal allá por el palomar de la Casa Grande. Zoido deja la Plaza Nueva pero... ¿quién lo sustituirá como alcaldable?