La película "Una vie", de Setephane Brizé, que se proyecta en la gala inaugural, abre este viernes la XIII edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF), que se celebrará hasta el día 12 dedicado al cine de autor, con especial atención al más independiente y heterodoxo.
"Una vie" competirá en la sección oficial con otras quince películas -habrá cinco más fuera de concurso-, con predominio de las francesas, si bien la mayor parte de ellas, como el resto de las que concurren al festival son coproducciones en las que las nacionalidades se difuminan como si de tal "cine europeo" se tratara, según le gusta destacar al director del certamen, José Luis Cienfuegos.
En "Una vie", Brizé adapta la primera novela de Guy de Maupassant al estilo de los grandes relatos decimonónicos, con el paisaje normando y las convenciones sociales de la primera mitad del XIX como telón de fondo.
Hasta el próximo día 12 se proyectarán en el festival 215 películas, de las que 27 serán estrenos mundiales y 120 nacionales, y en esa selección hay una importante representación española de 67 filmes, 33 de ellos andaluces.
En la gala de esta noche en el teatro Lope de Vega se entregará el Giraldillo de Honor al actor francés Vincent Lindon, cuya filmografía supera los sesenta títulos en algo más de veinticinco años y que esta tarde ha comparecido en conferencia de prensa, un sistema que le ha alegrado mucho: "En Francia hay que repetir lo mismo a todos los periodistas, uno detrás de otro".
La alegría del encuentro comunitario no ha disipado algunas de sus manías, como la de hacer que bajaran la intensidad de la luz en la sala de prensa o rogar a los fotógrafos que no le retrataran hasta después de formulada la segunda pregunta o negarse a ser entrevistado para televisiones.
Salvo por esas exigencias ha hecho gala de buen humor, ha asegurado que ha escrito su intervención de esta noche en las bolsas de papel que ofrecen en los aviones para los mareos, ha calificado a Sevilla de lugar "agradable y exótico" y se ha declarado orgulloso de recibir un premio en un país que no es el suyo.
Lindon ha explicado a los periodistas que lo determinante para que acepte un papel es el guión -"lo que prima es la historia", ha asegurado- y que el hecho de haber repetido con algunos directores -"es muy agradable seguir un camino con un director"- no es la complicidad con ellos sino que la historia que le propusieron fue de su gusto.
De las películas, como del resto de las obras de arte, ha asegurado que "lo importante es si nos conmueven y emocionan; demasiadas explicaciones matan la inspiración".
A una pregunta de si aceptará hacer series para televisión, ha contestado con un no rotundo, añadiendo que lo que le gusta del cine es que puede contar cuarenta años en dos horas, mientras que "las series cuentan un año en un año".
En su opinión, esa manera de estirar las historias "frenan la capacidad de soñar, de imaginar, porque todo lo dan masticado".
Según el director del festival, las películas programadas han sido elegidas "con criterio", tras una intensa labor de búsqueda y nunca "por catálogo o por chequera".
El festival, que tiene un presupuesto de un millón de euros y que cosecha 70.000 espectadores en sala durante los nueve días de celebración, sigue dedicando la dotación de los premios a la distribución de los filmes premiados, convoca encuentros entre los distintos sectores de la industria y celebra otros -cien en la pasada edición- de directores con el público.
Entre otras películas concursarán en la sección oficial "Malgré la nuit", del francés Philippe Grandieux, considerado uno de los directores europeos más arriesgados, y "Ma Loute", del también francés Bruno Dumont, quien eligió como protagonistas a Juliette Binoche y Valeria Bruni Tedeschi.