Golpe de efecto de cara a la galería o actuación más que necesaria. Sea como fuere, Víctor Sánchez del Amo dejó de ser entrenador del Real Betis en la tarde de ayer, tras una tensa reunión que el Consejo de Administración Bético resumió en un comunicado de dos párrafos.
En él, se explicaba textualmente que “el consejo de administración del Real Betis Balompié ha decidido esta tarde la destitución de Víctor Sánchez del Amo como entrenador del primer equipo de la entidad. El Real Betis agradece los servicios prestados a nuestro Club por el señor Sánchez del Amo y todo su equipo y les desea lo mejor en sus futuras andaduras profesionales”.
“Asimismo, el consejo de administración ha decidido que los dos últimos partidos de la presente temporada sean dirigidos por Alexis Trujillo, secretario técnico del Club y miembro del anterior cuerpo técnico. Alexis fue jugador y capitán del Real Betis entre 1993 y 2000, además de segundo entrenador verdiblanco entre 2004 y 2006”, terminaba la nota.
Fueron muchas las posibilidades que se pusieron encima de la mesa, entre ellas que se hiciese cargo del primer equipo José Juan Romero, el entrenador del filial de Tercera División, aunque el decisivo partido que tiene que jugar en Espiel para ser campeón de liga el próximo domingo y lo poco que se juega realmente el primer equipo fueron determinantes para tomar una decisión, como mínimo, llamativa: que el segundo entrenador de un equipo se haga cargo de él cuando se destituye a su jefe directo.
Sea como fuere, la jornada fue tensa desde la noche antes, con la “vergüenza” expresada por el presidente bético todavía en Butarque hasta el enfrentamiento de Joaquín con un aficionado en la estación de Santa Justa, que no tuvo mejor ocurrencia que echarle en cara al jugador bético su sentido del humor, haciendo una ininteligible relación entre eso y la derrota ante el Leganés.
Sea como fuere, el Betis ha ganado dos semanas a la hora de buscar entrenador para la próxima temporada, y esa es una de las pocas lecturas que se puede sacar al nefasto balance de Víctor en el banquillo bético, que se ha salvado del descenso porque hay equipos peores. No hay más razones.
