El portavoz del brote de listeriosis en Andalucía, el médico José Miguel Cisneros, pensó que habría "decenas de muertos" cuando conoció la alerta por la infección de agosto, aunque asegura que la "innovadora" respuesta sanitaria dada al mayor caso de Europa logró un "inesperado" bajo índice de mortalidad, el menor jamás logrado.
El brote por la carne mechada de la empresa Magrudis, que provocó tres muertes y cinco abortos, tuvo finalmente un índice de mortalidad del 1,4 % frente al 22 % del registrado en un caso similar de Estados Unidos de hace ocho años, ha explicado Cisneros (Chilluévar, Jaén, 1960) en una entrevista con Efe.
Con el porcentaje de Estados Unidos, donde hubo 140 pacientes afectados y 33 fallecidos, "estaríamos hablando de 47 muertes" en Andalucía, cuyo brote se extendió a 210 personas.
Otro brote en Sudáfrica de 2017 y 2018 afectó a 1.060 pacientes y provocó 216 fallecidos, el 27 % de mortalidad, ha precisado el portavoz, que es el jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
"La respuesta del sistema sanitario andaluz ha sido, sin duda, lo mejor de este brote y lo que ha ocasionado estos resultados inesperadamente favorables para una bacteria que tiene una elevada mortalidad y que provoca infecciones muy graves, como meningitis, y otras infecciones generalizadas que pasan del tracto intestinal a la sangre", ha resumido Cisneros.
La innovación ante el brote en Andalucía, cuya alerta se extendió de 15 de agosto al 17 de octubre, fue la creación de un gabinete multidisciplinar con epidemiólogos, preventivistas, microbiólogos, infectólogos, médicos de familias, ginecólogos y diez sociedades científicas, que elaboraron un nuevo protocolo de actuación que se difundió de manera "inmediata" y coordinadamente.
La información puntual ofrecida por el gabinete a todo el sistema sanitario y su correcta difusión a través de los medios de comunicación colaboró, según Cisneros, a que se rebajara la inicial situación de "caos" que se vivió en un principio por la "magnitud" del brote, lo que considera "inevitable" en este tipo de casos.
El "liderazgo profesional" con respaldo institucional en esta crisis, ha añadido, permitió aplicar una medida hasta entonces inédita en los brotes de listeria: el tratamiento de las embarazadas sin síntomas, lo que llevó a atender en dos semanas a 37.641 mujeres en un "ejemplo extraordinario de coordinación del sistema sanitario".
A 2.000 de ellas se les recomendó un tratamiento de amoxicilina, muy eficaz ante la infección, y desde entonces no se produjeron más abortos, ha subrayado el médico.
Cuando se concluyan de analizar los datos y se publiquen en una revista científica, los resultados de Andalucía "sin duda, van a contribuir a modificar el manejo de la listeriosis invasiva en el futuro", ha vaticinado Cisneros.
Un simposio internacional sobre listeriosis previsto en enero en Sevilla abordará la actuación desarrollada en Andalucía, que implicó a 96.466 trabajadores del Servicio Andaluz de Salud, provocó 969 inspecciones de establecimientos y la inmovilización de 13.500 kilos de productos cárnicos, según los datos de la Consejería de Salud.
La peor crisis sanitaria de España de este año se provocó porque la empresa Magrudis -cuyo dueño, José Antonio Marín, y su hijo Sandro están en prisión- "incumplió numerosas normas de seguridad alimentaria que eran obligatorias", recuerda el portavoz del brote, que estaba de vacaciones cuando se decretó la alerta.
En los días posteriores a la alerta, el sistema sanitario -sobre todo en los hospitales de Sevilla y Huelva- estuvo "en el límite del colapso" por las personas que acudían "preocupadas y enfermas", aunque la rápida retirada de la carne contaminada de la marca "La Mechá" hizo que bajaran los afectados, según Cisneros.
De este brote, uno de los mayores del mundo, el portavoz elegido por la Junta de Andalucía extrae varias enseñanzas, una de ellas la "necesidad" de revisar los protocolos de seguridad alimentaria porque, a pesar de las numerosas medidas que existen, se constata que son "insuficientes" y que cada año aumentan los casos de listeriosis en España y en Europa.
Además, propone revisar los protocolos de actuación respecto a esta enfermedad para incluir la "gastroenteritis aguda" en caso de sospecha, lo que ya se ha cambiado en España a raíz del brote andaluz, y también modificar las recomendaciones internacionales de su tratamiento, para lo que considera que se requiere aún "más perspectiva".
"Otro aprendizaje imprescindible", ha añadido, es aplicar la biología molecular a todos los casos de infección porque los "cientos" de casos anuales de España se tratan como separados, pero pueden ser "microbrotes" que no se diagnostican, ya que el periodo de incubación de la enfermedad es de 70 días desde la ingestión del alimento contaminado, lo que hace difícil identificar su origen.