El fallo del premio lo hizo público ayer el presidente del jurado, el novelista y articulista Manuel Vicent, en un encuentro con escritores y periodistas que tuvo lugar en la sede central del Grupo Santillana.
La novela ganadora está ambientada en el desierto chileno, en las primeras décadas del siglo XX, y narra las andanzas de un iluminado, el Cristo de Elqui.
El jurado ha valorado el “aliento y la fuerza narrativa” que contiene la novela, así como “la creación de una geografía personal a través del humor, el surrealismo y la tragedia”.
Poeta, cuentista y, sobre todo, novelista, Rivera Letelier (Talca, 1950) es uno de los escritores de mayor éxito de su país. Ha publicado, entre otras novelas, La reina Isabel cantaba rancheras, Himno del ángel parado en una pata, Fatamorgana de amor con banda de música, El fantasista, Mi nombre es Malarrosa y La contadora de películas.
Galardonado en dos ocasiones con el Premio del Consejo Nacional del Libro, Rivera Letelier fue minero en las salitreras del desierto chileno de Atacama. De joven, era el único minero que utilizaba la biblioteca de su pueblo. Comenzó a escribir a los 21 años, literalmente “por hambre”, según él ha contado en más de una ocasión. A esa edad salió por primera vez del desierto y comenzó a recorrer su país.
Tendido en una playa, y con las tripas vacías, escuchó en una radio robada por un amigo que convocaban un concurso de poesía cuyo primer premio era una cena en un hotel de lujo. Le bajaron las musas de golpe y escribió un poema de amor con el que ganó el certamen.