Resulta que al decisivo debate ‘cara a cara’ de Atresmedia no se presentó Pedro Sánchez sino la caricatura de Pedro Sánchez. Ese presidente prepotente, ávido de poder, dispuesto a romper España para permanecer egoístamente en La Moncloa, que dibujan las derechonas. La caricatura de Pedro Sánchez estuvo nerviosa, agresiva, ignorante a veces, incapaz de explicar los logros de ese Gobierno que se ha enfrentado con notable éxito a los retos más difíciles y trágicos (pandemia) del país desde la época de Adolfo Suárez, desorientado por los falsos datos que Feijóo introducía hábilmente en la disputa. Sánchez se transformó en el ‘sanchismo’ y las consecuencias electorales apuntan a resultar demoledoras.
El presidente reclama ante los suyos “un triunfo contra todo pronóstico”. Necesita el manual de resistencia más que nunca. Óscar Puente, exalcalde de Valladolid, manifestó recientemente en una entrevista en ‘El País’: “Sánchez llegó al poder contra todo el sistema: tanto el PSOE como ‘El País’ de Antonio Caño. Pedro Sánchez es un ‘outsider’ y el sistema no lo ha tolerado”. Y esa es la verdad de la ‘verité’. Porque Sánchez convirtió en rojo (más o menos) un partido de infrarrojos, pactó con Podemos y alcanzó acuerdos puntuales (nunca pactos) con grupos políticos extremadamente incómodos para lo que Puente llama “el sistema”. Sánchez es temido desde que irrumpió en la línea de fuego de la política en las primarias socialistas de 2014. Y padeció como secretario general en octubre de 2016 un golpe de estado de su propio partido en uno de los episodios más tristes y oscuros de la centenaria historia del PSOE. Susana Díaz había comentado a sus próximos algún tiempo antes: “Este chico no sirve pero nos sirve”, como recoge Jesús Maraña en el libro ‘Al fondo a la izquierda’ (Planeta, 2017). El sistema (Óscar Puente), claro, prefería como líder socialista a Susana Díaz, ahora tertuliana ‘belenestabenizada’, y a su psocialismo de lerele, demodé y zarzuelero (no por el género chico, sino por la tendencia de ella a pisar orgullosamente las alfombras del Palacio de La Zarzuela, aunque sea más zarzuelera que monárquica). Sánchez se convirtió, pues, en el enemigo a batir desde hace años. Las derechonas ven próximo por fin el triunfo electoral y han introducido en campaña eslóganes tan repugnantes como “que te vote Txapote”. Giorgia Meloni, presidenta de Italia, envió un mensaje hace unos días por televisión a los asistentes a un mitin de Vox. Dijo: “Ha llegado la hora de los patriotas”.
Ha llegado la hora de los patriotas. Que Dios nos coja confesados.
