Decenas de helicópteros militares sobrevolaron ayer las áreas anegadas por las aguas sin poder rescatar a causa del mal tiempo a varios miles de personas que permanecen bloqueadas en el noroeste, la zona más damnificada, aunque sí que llevaron a cabo su misión en gran parte de la provincia oriental del Punjab.
El propio primer ministro, Yusuf Razá Guilani, tuvo que suspender su visita aérea a una zona catastrófica por las condiciones meteorológicas, según un comunicado difundido por su oficina.
De cumplirse el pronóstico de lluvias para los próximos días, podría aumentar la magnitud de la catástrofe tanto en el Punjab, donde el río Indo se ha desbordado ya en algunas zonas llanas en un arco de 20 y 30 kilómetros, como en la vecina región meridional de Sindh, según las autoridades.
“El Gobierno de Pakistán está haciendo todo lo posible pero esperamos otra tanda de lluvias. Sindh es un motivo de preocupación. Tenemos que evacuar a la gente”, explicó ayer el viceministro de Información, Samsam Alí Bokhari.
Bokhari admitió que muchos lugareños muestran resistencia a abandonar sus hogareso cultivos.