En este sentido, WWF considera "imprescindible poner en marcha nuevos proyectos de restauración que consoliden el futuro de Doñana, asegurando los aportes en cantidad y calidad de aguas a la marisma, teniendo en cuenta los nuevos escenarios que el cambio climático creará en el sur de la Península Ibérica", según la información de la organización ecologista, recogida por Europa Press, sobre el 14 aniversario de los hechos ocurridos en la mina de Aznalcóllar, cuando se produjo la rotura y caída de más de cuarenta metros del muro de contención de una balsa de decantación, que se usaba para los residuos de piritas de esta explotación, propiedad de la empresa suecocanadiense Boliden Aprisa S.L.
La rotura produjo de forma inmediata el vertido al río Agrio y al Guadiamar de un volumen aproximado de dos mil millones de litros de lodos, con alto contenido en elementos metálicos procedentes del proceso de flotación de la pirita, y otros cuatro mil millones de aguas ácidas cargadas de metales pesados en disolución, afectando a un tramo de 62 kilómetros de longitud de la cuenca del río Guadiamar, con una anchura variable de entre 500 y 1.000 metros, desde Aznalcóllar hasta el tramo final de la marisma de Entremuros, en el límite con el Parque Nacional de Doñana, donde quedó retenido casi la totalidad del vertido por una serie de muros de contención construidos por la Administración.
Los efectos sobre la fauna y la flora del cauce fueron "inmediatos", desapareciendo en "la práctica totalidad" del mismo la flora, la fauna piscícola, cangrejos y anfibios, viéndose también afectadas varias colonias de aves.
Para paliar los efectos de la catástrofe, tras las tareas de limpieza de lodos y depuración de las aguas contaminadas, la Junta de Andalucía puso en marcha el Corredor Verde del Río Guadiamar, a fin de recuperar la funcionalidad de este río como corredor natural entre Doñana y Sierra Morena. El proyecto permitió rescatar el dominio público hidráulico y las zonas de inundación natural del Guadiamar.
Por su parte, el Gobierno central creo el plan de restauración hidrológica Doñana 2005, con el objetivo de mejorar el estado del Parque Nacional y sus marismas, aumentando la superficie protegida y recuperando parajes como las Lagunas de los Sotos o la finca Caracoles. "14 años después, aun quedan actuaciones por finalizar de este proyecto", ha alertado.
"Estas dos actuaciones han sido positivas para Doñana, pero casi tres lustros más tarde han demostrado ser insuficientes, por lo que WWF considera imprescindible poner en marcha nuevos proyectos de restauración que consoliden el futuro de Doñana, asegurando los aportes en cantidad y calidad de aguas a la marisma, teniendo en cuenta los nuevos escenarios que el cambio climático creará en el sur de la Península Ibérica", ha reiterado.
Así, ha señalado como primera acción "urgente y necesaria" la culminación de la ejecución de las actuaciones pendientes del Plan Doñana 2005. Por otra parte, WWF considera que el nuevo proyecto de restauración debe afrontar cuestiones como las aguas subterráneas, "las grandes olvidadas de los anteriores proyectos", y ampliar su ámbito de actuación territorial en las cuencas vertientes a Doñana.
Por úlitmo, WWF apunta que entre las zonas prioritarias por su gran interés para la conservación de la biodiversidad de Doñana están la marisma norte --Cochinato, los Garridos, Huerta Tejada y Veta de Alí--, Cantaritas, la cabecera de los arroyos de la Rocina, Pilas o el Algarbe y la margen izquierda del Guadalquivir.