Por su parte, el doctor Subiza explica que la pluviosidad es el principal factor que condiciona la polinización de gramíneas, que generalmente se inicia a mediados de mayo. Esto es “especialmente significativo”, ya que la concentración durante la primavera de 2008 fue de unos 4.075 granos, por lo que la temporada de alergia será “mucho más intensa” en Andalucía y gran parte de la Península, donde las gramíneas tienen una incidencia más alta.
Vuelven los síntomas
Según este experto, la llegada prematura del verano y unas temperaturas extremas podrían suavizar los niveles de gramíneas, que de no bajar “repercutirán de forma negativa en la frecuencia y en la intensidad de las alergias” a este polen -que padece un 20 por ciento de la población-, de modo que habrá pacientes que volverán a presentar síntomas leves en nariz y ojos “a pesar de que en años anteriores no hubieran notado nada”.
Asimismo, en los casos más intensos, la incidencia de la alergia puede afectar a los bronquios reactivando la incidencia de rinoconjuntivitis y asma, y provocando un aumento de las urgencias hospitalarias por ambas patologías, advirtió Subiza.
De hecho, diversos estudios han demostrado una relación entre el aumento de la asistencia en los hospitales por asma durante los meses de mayo y junio cuando se produjeron concentraciones de gramíneas superiores a los 5.000 granos.
Ante esta situación, el doctor Subiza pide a estos pacientes que “este año, sin falta, no pueden olvidar su medicación”. Para prevenir las agudizaciones de la sintomatología, los pacientes con alergia cuentan una vacuna específica y con un tratamiento con corticoides inhalados, que deben iniciar a primeros de abril. Por este motivo, y dado que la incidencia va a ser alta, este experto insistió en la necesidad de comenzar a avisar a los pacientes para que este año estén “atentos” e inicien el tratamiento cuando se lo indique su especialista.
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