Una semana después de que la alcaldesa, María José García-Pelayo, reprochara al delegado territorial de Fomento, Manuel Cárdenas, su “deslealtad institucional”, parece que Ayuntamiento y Junta de Andalucía han empezado a entenderse en el tan traído y llevado proyecto para la construcción de 20 nuevos kilómetros de carril bici en Jerez. De hecho, el discurso de la regidora popular varió considerablemente este pasado viernes al término de un encuentro en el que ninguna de las partes las llevaba todas consigo, cuando dijo claramente que habían llegado a un “principio de acuerdo”. Eso sí, lo de plasmarlo sobre el papel con rúbrica incluida sigue siendo un misterio a falta de perfilar los últimos detalles, y hacerlo en una semana, como pretendía la Administración andaluza por el tema de los fondos europeos -la inversión global supera los seis millones- resulta complicado a estas alturas de la película al margen de que se hayan dado pasos importantes.
García-Pelayo confirmó tras el encuentro con Cárdenas lo que ya era un secreto a voces, que el trazado no discurriría ni por la calle Larga, ni la Plaza del Arenal, ni Lancería ni Porvera, así como la llegada de las vías ciclistas a Guadalcacín y su paso por la zona sur. Al eliminarse Porvera, como explicó, la conexión entre las zonas norte y sur de la ciudad se realizaría a través de las calles Ponce, Pozo del Olivar y Divina Pastora. Cambios que ya habían trascendido en las últimas semanas de la mano del colectivo Jerez en Bici, defensor a ultranza del proyecto y que ya ha convocado varios actos reivindicativos.
Sin embargo, la alcaldesa dio varias novedades importantes en el marco de este proyecto que, según dijo, se habían puesto sobre la mesa a petición del Ayuntamiento y con las que al parecer la Junta comulgaría: la supresión del paso del carril-bici por la Avenida del Ejército, tal y como estaba previsto, y que el nuevo trazado atraviese el Parque González Hontoria para de esta forma poner en valor esta zona verde.
También por primera vez García-Pelayo se refirió de una propuesta para habilitar un carril “ciclable” en las calles Puerto, Armas y Corredera y en la Plaza de Las Angustias. Una vía donde podrían circular tanto vehículos a motor como bicicletas, y que partirían desde la rotonda de Cuatro Caminos sin que su instalación suponga obra alguna, dado que se trataría de pintar el trazado en el suelo y “dar prioridad” a las bicis. Un sistema que en cualquier caso tendrá que analizarse más detenidamente y que puede evolucionar a carril-bici propiamente dicho.
Evitar los perjuicios
En cualquier caso, lo que la alcaldesa dejó claro, consciente de que, de otro modo, comerciantes y hosteleros se le iban a echar encima, es que con estas rectificaciones el centro “se blinda a las bicis” y se garantiza la conexión de la ciudad mediante las vías ciclistas a través de un trazado “mucho más lógico que no afecta al ciudadano”.
Además, otra de las ventajas de las que presumió la máxima autoridad al término del en cuentro con Cárdenas es que, a diferencia del borrador inicial, a raíz de los cambios introducidos sólo se perderían, según las estimaciones del Ayuntamientos, una veintena de plazas de aparcamientos en zonas no demasiado conflictivas, esto es, avenidas, mientras que inicialmente la previsión de los técnicos hablaba de la desaparición de hasta 260 plazas para aparcar. García-Pelayo también planteó a Cárdenas que el 25% que le corresponde al Ayuntamiento de inversión se reserve a la hipotética construcción del carril bici en calle Armas, Corredera y Angustias en función de cómo funcione la experiencia de los carriles “ciclables” y si interesa realmente habilitar el trazado en estos puntos mencionados. Ahora sólo falta saber si esto es suficiente para materializar la firma del acuerdo en el marco del Plan Andaluz de la Bici.