Doña Sofía, sin querer, estoy casi seguro, metida tal vez en una entrañable conversación con Pilar Urbano –esa aturrullada periodista de barrocas manos siempre en movimiento, de imposible peinado y que tiene la muy mala costumbre de no mirar a la cara de los demás cuando se le habla– en una amena tarde en La Zarzuela tal vez se confió demasiado con la periodista y en sus declaraciones –y no está el horno para muchos bollos– ha tocado temas en los que nunca, nunca, debe meter baza una Reina.
Los políticos en general están para opinar y vaya si opinan y meten la patita un día sí y el otro también. Pero, por encima de ellos y sus discusiones bizantinas, está la garante Corona y el silencio de sus legítimos herederos. Así que flaco servicio le ha hecho usted, señora Urbano, a la Reina con sus preguntas y es una lástima que una Señora tan Señora haya caído en la trampa contestando a ciertas cuestiones que si nos gustan o no a los españoles, para eso está el consenso para votarlas o no.
Con amigas como Pilar Urbano, Majestad, no necesita, ni usted ni la Corona, enemigos porque subrepticiamente se la han metido en casa y mucho cuidado porque las lanzas están en alto y el país revueltillo.
No conviene echar más leña al fuego. España, Señora, no es monárquica y sí tal vez juancarlista; pero hay enemigos, y usted bien lo sabe, que están deseando lo más mínimo para levantar la tricolor y guardar la roja y gualda en el baúl de los recuerdos. Que España se puede acostar un día monárquica y levantarse republicana, que a nosotros los españolitos los jaleos nos han gustado siempre muchísimo. Somos así desde Viriato.
Sus opiniones, Señora, no deberían haber trascendido al papel impreso y no comprendo cómo La Zarzuela dio el visto bueno a la publicación del libro con motivo de su cumpleaños porque menuda tarta le ha preparado la aturrullada opusina en unos momentos malos. ¿Tiene la Reina el enemigo en la misma Zarzuela...?
Los colectivos a los que usted se ha referido, y que tal vez le han sido sacados con malas mañas por la señora Urbano, más dispuesta a vender ejemplares de su no ejemplar libro, pueden perjudicar y mucho a la Corona por la sencilla razón que tras esos colectivos hay poder y no sólo unos vocingleros que desfilan en carrozas por Chueca.
Tocante a otros temas, sus opiniones son de usted y de nadie más y jamás deberían haber sido pronunciadas por usted porque con esas opiniones los de siempre, Señora, van a hacer bandería y van a arrimar al ascua su sardina enormemente engordada para seguir comiendo de la sopa boba como hasta el presente... Son los de los 13 millones de euros al mes...
Noto cómo los de siempre se frotan las manos por la sencilla razón que ven en sus declaraciones las que ellos siempre hacen y hay que tener mucho cuidado con esos porque tienen poder, Señora, un poder de este y del otro..., y ese poder del otro mundo, Señora, siempre ha arrastrado a millones de personas desde hace veintiún siglos casi ya...
Dude de las adulaciones. De los que se acercan a SSMM, para el halago y el baboseo. Dude de periodistas afines a ciertas obras dudosas pero con poder, con mucho poder, y, sobre todo, no se sincere nunca con nadie porque, Señora, es muy peligroso.
Comprendo que estará pasando en estos días unos ratos malos, porque usted, Señora, siempre ha sido la máxima discreción. Pero una vez que ha hablado, ya ve lo que ha pasado. Guárdese otra vez de Pilar Urbano.