Yaneth Molina, la controladora que estuvo en comunicación con el piloto de la aeronave que se estrelló el pasado lunes cerca de la ciudad colombiana de Medellín y fallecieron 71 de sus 77 ocupantes, entre ellos el equipo brasileño Chapecoense, ha denunciado amenazas a su "integridad física".
A través de un comunicado que dirigió a sus colegas controladores, Molina expresó que es "reconfortante" sentir su apoyo en medio de esta tragedia que la enfrentó a la "crudeza de la realidad" y que provocó que "personas ignorantes" pongan en riesgo su integridad.
Molina manifestó con "absoluta certeza" que el trabajo que realizó con el avión de la aerolínea boliviana Lamia minutos antes del accidente estuvo orientado a conservar la vida de los pasajeros.
"Puedo afirmar con absoluta certeza que de mi parte hice lo humanamente posible y técnicamente obligatorio para conservarle la vida a esos usuarios del transporte aéreo, lamentablemente mis esfuerzos resultaron infructuosos por las razones que son de todos ustedes conocidas", expresó.
La noche del siniestro, ocurrido en el sitio conocido como "Cerro Gordo", el piloto del avión de Lamia que transportaba al equipo Chapecoense (finalista de la Copa Sudamericana, cuyo partido de ida iba a disputar con el Nacional de Medellín), se puso en contacto con la controladora para solicitarle prioridad para aterrizar al verificar que tenía poco combustible.
Sin embargo, no informó en ese momento de la emergencia y Molina decidió darle el primer turno a otra aeronave que había presentado un problema por una fuga de gasolina.
Durante esa espera, el avión del Chapecoense sufrió un fallo eléctrico y se declaró en emergencia, pero cuando le fue concedido el permiso para aterrizar, empezó un rápido descenso y se estrelló en el municipio de La Unión, en las proximidades de Medellín.