Al grito de “guapa y bonita”, el Simpecado de la Hermandad de Huelva ha partido a primera hora de la mañana de este jueves hacia la aldea almonteña ante el calor de miles de onubenses que abarrotaron las calles para despedir a su filial.
La devoción rociera se ha vivido con especial emoción en varios puntos de la ciudad, con escenas multitudinarias en una mañana cargada de luz y de imágenes para el recuerdo. La parada del Simpecado ante el monumento de la Blanca Paloma en la plaza de El Punto, o la ofrenda floral a las puertas de la Diputación son un ejemplo.
Pese a las elevadas temperaturas, Huelva se desvivió en la puerta del Ayuntamiento. El alcalde Gabriel Cruz despedía a la filial en “el día en que la ciudad expresa en la calle sus raíces rocieras”.
Este año, el paso de la hermandad por la plaza de la Constitución ha contado con la actuación del grupo Pinares y de la artista Regina, que derrochó pasión cantando la tradicional salve rociera en el momento en que se producía la petalada desde los tejados del Consistorio.
Por su parte, la subdelegada del Gobierno en Huelva, Asunción Grávalos, acompañó a la hermandad en la misa de romeros, y representantes de la Subdelegación realizaron la ofrenda floral y despidieron al Simpecado a su paso por las puertas de esta institución.
Pasadas ya las 11.30 horas, el Simpecado, ante la atenta mirada de miles de onubenses, pasó por la Comandancia de Marina, donde se le cantó la salve marinera, para de una vez por todas emprender su camino por la avenida Francisco Montenegro para adentrarse en las arenas de Doñana.
La comitiva rociera de la Hermandad de Huelva está integrada este año por más de 8.000 personas, 1.000 caballos, 54 carros tradicionales, 39 charréts y jardineras, 50 tractores de doce metros y nueve carros sin adornos, 200 vehículos de apoyo, dos grúas, veterinario y herrador. En total, más de 10 kilómetros de comitiva por las calles. El hermano mayor de Huelva, Antonio Garrido, ha explicado a este diario que “es un día inolvidable y me llena de orgullo ver cómo se ha volcado la ciudad para despedirnos”.
La filial onubense estuvo acompañada en su primera jornada de peregrinación por Protección Civil y Bomberos. Sin incidencias de gravedad, la Hermandad de Huelva disfruta de uno de los acontecimientos más importantes del calendario mariano.
Por otro lado, a última hora de la tarde de este jueves llegó a la aldea la Hermandad de Emigrantes, que partió de la capital onubense el pasado miércoles.
Días intensos de fervor rociero se vivirán en la aldea almonteña, que tendrán su momento culmen en la madrugada del lunes cuando los almonteños realicen el tradicional Salto a la Reja y lleven en volandas a la Blanca Paloma por las diferentes casas de hermandad.