“En el Niño Jesús de Praga contemplamos la belleza de la infancia y la predilección de Jesús hacia los más pequeños. Sin embargo, ¡cuántos niños no son queridos, ni aceptados ni respetado. Cuántos son víctimas de la violencia y de todas las formas de explotación por parte de gentes sin escrúpulos”, manifestó el Papa.
El obispo de Roma exigió para los niños “el respeto debido, ya que los niños son el futuro y la esperanza de la humanidad”.
Dirigiéndose a un grupo de muchachos, el anciano Pontífice pidió a los pequeños que sean “obedientes, afectuosos, caritativos”.