El pasado sábado el municipio de Benalauría volvió a celebrar la bajada de la Virgen del Rosario del torreón, un evento de carácter bienal que se llevó a cabo por primera vez hace dos años.
Para comenzar, el viernes previo a los festejos se procedió a bajar a la Virgen del Rosario desde el torreón para, el sábado en torno a mediodía, celebrar una misa en su honor en la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán. Tras la eucaristía, los niños del pueblo fueron los encargados de portar la imagen de la Virgen hasta La Plaza, espacio donde se organizó una fiesta en la que todos los asistentes degustaron exquisitos platos de garbanzos con langostinos elaborados por Andrés Ramírez.
Por otro lado, alrededor de las 7:30 de la tarde se rindió un merecido homenaje a Isabel Márquez Fernández, vecina de Benalauría muy querida en el pueblo y parte esencial de la iglesia de la localidad, hasta el punto de que es ella quien mantiene el templo y, a la vez, es una figura imprescindible en todos los actos litúrgicos que se desarrollan en el municipio a lo largo del año. A continuación llegó el momento más esperado de la celebración, y es que los niños volvieron a llevar a la Virgen del Rosario hasta su altar del torreón. En el precioso camino de ascenso, desde donde se contemplan unas vistas panorámicas impresionantes del Valle del Genal y de Benalauría a los pies del Cerro del Olivo, se inauguraron cinco hitos que representan los cinco Misterios del Rosario.
La idea de comenzar a organizar esta celebración tiene su origen en la generosa donación de una pequeña imagen de la Virgen del Rosario, patrona de la localidad, que fue realizada en 2016 por parte de Andrés Ramírez Solano que, pese a no ser vecino de Benalauría, es una persona muy ligada al municipio. Dicha imagen fue colocada en un altar construido junto al torreón, en la zona más elevada del sendero que conecta el pueblo con este punto.