“No me harto de comer, me canso de masticar”

Beltrán Navarro es un buen gourmand. Su afición y disfrute por la gastronomía y los vinos los ha curtido con la edad, saliendo mucho a comer y criándose en una familia donde siempre se comió bien. Esa pasión le llevó incluso a ser crítico gastronómico del Grupo Gourmet, al que sigue asesorando. 
Al invitarle a sentarse con nosotros A mesa y mantel eligió una localidad que conoce bien desde que empezó a ir a veranear en 1979, siendo novio de Fátima González Chaves, su actual mujer. Allí descubrió lugares a los que regresa con frecuencia. Y uno de ellos es la Venta Aurelio, que conoció hace cuarenta años cuando era un chinchal rodeado dehuertas y que hoy es un señor restaurante donde se come maravillosamente. 
Nuestro invitado de esta semana se declara “un obseso de las cabrillas y los caracoles de Chipiona, donde se hacen mejor que en ninguna otra parte de España”. El menú lo forman unas quisquillas buenísimas, un soberbio guiso de cabrillas, chocos con guisantes, fideos con almejas y langostinos, menudo, un par de acedías, cazón con tomate, lomo de bacalao con alcauciles confitados y un variado de postres a cada cual más rico: arroz con leche, pudding de pasas y moscatel y tocino de cielo. 
Y eso que servidor paró el carro, porque él hubiera seguido porque “no me harto de comer, me canso de masticar”.