Don Juan Carlos celebra mañana lunes su 77 aniversario, un cumpleaños que ya no vivirá como jefe del Estado, sino como padre del Rey Felipe VI, quien ya ha superado el umbral de los seis meses en el trono volcado en afianzar la institución mediante su renovación y adecuación a los tiempos.
Será una celebración de carácter privado de la que, como ha sido habitual en los últimos años, la Casa Real no facilita detalles, pero que en esta ocasión guarda un especial significado, no sólo porque el Rey Juan Carlos ya no es el Monarca, sino porque fue por estas fechas cuando hace un año maduró su decisión de abdicar.
Aunque la abdicación en favor de don Felipe no fue anunciada públicamente hasta el 2 de junio y no se consumó hasta el 19 de junio, con la proclamación de Felipe VI, don Juan Carlos ya había adoptado su decisión varios meses antes, en enero de 2014.
Así lo atestiguaron después fuentes del anterior equipo de Zarzuela, las cuales reconocieron que el resultado del discurso de la Pascua Militar del 6 de enero de 2014, que le costó leer y en el que se equivocó varias veces, influyó en su decisión.
La conmemoración de la Pascua Militar en el Palacio Real, ante el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, los ministros de Defensa e Interior y la cúpula militar, acompañado de la Reina y de los entonces Príncipes de Asturias, suponía la reaparición del Monarca en una actividad oficial fuera de Zarzuela tras la operación de cadera a la que se había sometido el 21 de noviembre de 2013.
Más allá de sus dificultades para pronunciar aquel discurso y para caminar, ayudándose de dos muletas, en los meses siguientes el Rey prosiguió su recuperación física, al igual que su actividad institucional, incluidos varios viajes al extranjero; pero su decisión de marcharse ya estaba tomada.
Un año después, don Juan Carlos ya no ocupa la Jefatura del Estado, si bien mantiene su agenda oficial, eso sí, mucho más limitada que cuando reinaba y en ocasiones compartida con la Reina Sofía, que también tiene sus propios actos institucionales públicos.
De su mejoría física dan prueba las actividades privadas de las que ocasionalmente dan cuenta los medios de comunicación.
Así, se le ha podido ver en almuerzos celebrados en restaurantes en distintos puntos de España o en acontecimientos deportivos como el Gran Premio de automovilismo de Abu Dabi, donde, tras acompañar al piloto Fernando Alonso, desveló que el asturiano le había anunciado su fichaje por la escudería McLaren.
Se le ha habilitado un despacho propio en el Palacio Real para que pueda recibir a sus visitas con más comodidad que en el Palacio de la Zarzuela, donde se concentra la actividad oficial de su hijo, y ha recibido varios homenajes, el último de ellos el Premio Tiépolo, en reconocimiento a su papel en la Transición.
Junto a doña Sofía asistió al funeral por la duquesa de Alba celebrado en Madrid y al que tuvo lugar en Bruselas por la Reina Fabiola de Bélgica.
Pero, posiblemente, el acto más significativo de ambos tuvo lugar el pasado 3 de diciembre en el Palacio Real, donde inauguraron la exposición "El Retrato en las Colecciones Reales. De Juan de Flandes a Antonio López", donde se colgó por vez primera el retrato de su familia encargado veinte años antes a Antonio López.
Tras ver su imagen en el lienzo, dos décadas más jóvenes, junto a la Reina, el entonces Príncipe de Asturias y las infantas Elena y Cristina, don Juan Carlos aseguró que en el cuadro se veía "fenómeno" pero también confesó que ahora está "mejor, más descansado", lo que posiblemente le permitirá celebrar su 77 aniversario con mayor tranquilidad.