ETA ha abroncado al Gobierno de Íñigo de Urkullu por su gestión en el proceso de entrega de armas de la banda y le advierte que no le entregará directamente su armamento dado que el Ejecutivo vasco y la Ertzaintza "no son agentes neutrales".
En un comunicado, recogido por Europa Press, que este viernes se publica íntegro en los diarios 'Gara' y 'Berria', ETA se queja de que el Gobierno vasco "una vez más" haya empleado de "modo perverso" la información ofrecida por la propia banda y por la Comisión Internacional de Verificación.
Los terroristas reconocen que esperaban que el Ejecutivo de Urkullu le entregara "de primera mano" su última propuesta para el fin de la banda e interpreta que, al no hacerlo, se ha intentado "dañar el proceso de sellado" y "recrear que la falta de avances es responsabilidlad de ETA y la izquierda abertzale".
Si bien descarta al Gobierno vasco como receptor directo de su armamento --le acusa, de hecho, de "prepotencia y fobia a la izquierda abertzale"--, la banda asegura que este Ejecutivo puede tener un "quehacer importante" en el proceso, y asegura que así se lo ha comunicado directamente a Urkullu "hace dos años". El Gobierno vasco ha mantenido en los últimos años contactos con familiares de los presos de ETA.
ETA critica la "ligereza" de Urkullu al apostar por un desarme rápido cuando, dicen, desconoce la cantidad y la ubicación del armamento. Fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Europa Press han explicado que, actualmente, ETA tiene una gran dificultad de acceder a su arsenal porque las Fuerzas de Seguridad los tienen controlados, con una vigilancia permanente.
El comunicado de este viernes se ha publicado a dos semanas de las elecciones autonómicas y locales y quinces meses de la escenificación de desarme que fue criticada por toda la clase política por considerarla insuficiente. El comunicado de cese definitivo de la violencia se produjo a un mes de las elecciones generales de noviembre de 2011.
El 1 de marzo de 2014, ETA aseguró que su compromiso era "sellar hasta el último arsenal de armas" y, semanas después, el 19 de julio, señaló en otro comunicado que había desmantelado las estructuras de su "lucha armada" para hacer el tránsito a la "confrontación democrática".