En una declaración desde la Casa Blanca, el presidente pidió al Senado “tomar el testigo y llevarlo hasta la meta”, después de que la Cámara Baja ratificara su proyecto de reforma en un voto que calificó de “valeroso”.
“Durante años nos habían dicho que no se podía hacer”, dijo Obama. “Anoche la Cámara probó lo contrario”, añadió.
La Cámara Baja se convirtió el sábado en el primer cuerpo legislativo de Estados Unidos que aprueba la extensión de la cobertura de salud de forma casi universal en el país.
No obstante, lo ajustado del resultado, 220 a favor frente a 215 en contra, es una señal de las dificultades que la propuesta afronta en el Senado, que es en general más conservador que la Cámara de Representantes.
Allí dos comités han aprobado versiones diferentes del proyecto, que tendrán que ser armonizadas en un texto único.
“Nos damos cuenta de que existe una gran voluntad de reforma y estamos animados al encontrarnos más cerca que nunca de la reforma de un sistema de seguro de salud que no funciona”, dijo el líder de los demócratas, Harry Reid, en un comunicado tras la decisión de la Cámara Baja.
Su desafío será lograr los 60 votos necesarios para impedir que los republicanos bloqueen la votación en el pleno del Senado.
Los demócratas cuentan con 58 escaños y dos senadores independientes suelen votar con ellos, pero en este caso uno de ellos, Joseph Lieberman, pone condiciones. Lieberman dijo que no permitirá que tenga lugar la votación si el proyecto crea un nuevo seguro de salud público.
“La opción pública es innecesaria. La impulsa gente que quiere que el Gobierno tome el control del sistema de salud”, dijo Lieberman en una entrevista en la cadena de televisión Fox News.
Por su parte, los republicanos rechazan en bloque ese nuevo programa público. “Sería un golpe de muerte para la opción privada”, dijo ayer en una entrevista en CBS el senador Lindsey Graham, quien afirmó de que no existe ninguna posibilidad de que el Senado apruebe el proyecto que salió el sábado de la Cámara Baja.
Reid respalda el establecimiento de un seguro público, con la salvedad de que los estados podrían decidir no participar en él.
La versión del proyecto de ley del comité de Salud del Senado incluye la llamada “opción pública”, lo mismo que la propuesta ratificada por la Cámara Baja.
En cambio, el borrador del comité de Finanzas contempla la creación de aseguradoras sin fin de lucro que funcionarían como cooperativas. Pese a la gran atención que ha recibido la opción pública, la Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO) estima que si se llega a crear se decantarán por ese programa tan solo seis millones de personas, de los más de 300 millones de habitantes del país.
En los próximos días la CBO divulgará un cálculo del coste de las dos versiones del proyecto que maneja el Senado.
Reid prometió que tras ese informe llevará un texto conjunto al Senado “tan pronto como sea posible”, aunque la semana pasada reconoció que la votación podría aplazarse hasta 2010, pese a que Obama quiere una ley antes de que acabe el 2009.