Según destacó Torres, “la posición de la Costa del Sol, a escasos setenta kilómetros de un paraíso fiscal como Gibraltar, de elusión de capital, y sus propios atractivos naturales de los que todos disfrutamos, origina que sea un lugar en el que se puedan realizar aprovechamientos muy importantes de todas las operaciones de blanqueo”.
El magistrado, que en 1999 encarceló al entonces alcalde de Marbella, Jesús Gil, señaló que los casos de corrupción dan lugar a una especial conmoción entre los ciudadanos cuando afectan a políticos “por el convencimiento de que o todos guardamos las leyes o aquí se acaba el estado de derecho, y si eso ocurre, se acaba con el estado del bienestar”.
“Se considera un especial desvalor el hecho de que los políticos traicionen el sistema y la confianza que les han dado y cometan actos de prevaricación, añadió.
Sin embargo, Torres advirtió de que “no se trata de una preocupación que se de únicamente en España, sino que en el ámbito internacional se están desarrollando legislación y convenios de represión de la corrupción”.