Si para Gabriel Celaya la poesía era un arma cargada de futuro, hoy lo es también la suma de la tecnología, el entretenimiento y el diseño, lo que conocemos como TED. Las ideas dignas de compartir para cambiar el mundo se extienden por las redes sociales gracias a esta poesía futurista que son los TEDs. En las últimas dos décadas, miles de personas en todo el mundo, entre ellos los personajes más relevantes del momento, han sintetizado en monólogos de corta duración mensajes clave para un mundo en vertiginoso cambio, tal vez el germen de la esperada revolución del milenio.
En Málaga el inquieto y productivo Jesús Iglesias lanzó el difícil reto de construir un auténtico poemario en torno a la innovación social por el clima, el TEDx Acción Málaga 2021.El evento contó con más de un centenar de espectadores y con doce futuristas poetas. La pluralidad de perspectivas desde tres generaciones de edad ayudaba a entender que hay un punto de convergencia hacia el futuro, al que hay que mirar con fundado optimismo desde la palpable realidad. Hay alternativas a otras formas de hacer, de imbricar en armonía la diversidad, de comprender al mundo como una integral de naturaleza y humanidad. Cuanta carga de profundidad había en cada una de aquellas ideas interpretadas en cinco minutos y muy especialmente, desde su prevalente percepción, las de los más jóvenes.
En el sencillo escenario destacaba la palabra Countdown, emblema de esa cuenta atrás para promover y acelerar las soluciones a la crisis climática, convirtiendo las ideas en acciones. Delante se aportaron muchas de ellas. Las de Natasha en busca de la equidad de géneros, las de Nico comunicando el cambio, las de Paula en el ansia de su generación por ver bosques urbanos, las de Pedro por naturalizar las ciudades, las de María abriéndonos los ojos hacía las bondades del mundo vegetal, las de Fernando sobre la recuperación de una agricultura tradicional, las de Lorena de como acercarnos a esos frutos de la tierra, las de Andrés sobre las soluciones que están en la naturaleza, las de Toñi sobre la trascendencia del agua, de Ángela en sus presentaciones o las mía sobre diversidad y resiliencia. Pero por encima de todo destacó el mensaje de Jesús. Con su actitud integradora y su activo proceder conmovió hasta las más insensibles neuronas sobre como cambiar el futuro desde Málaga.